Pilar Gil Adrados

Entre Encinas

Pilar Gil Adrados


Habas contadas

17/02/2022

Las habas contadas te previenen de que has llegado a una exactitud matemática que no te ofrece alternativas como las lentejas que si quieres las tomas y si no las dejas. Por ser prueba de que no había discusión, ni dudas al respecto, sobre el escrutinio de los votos, se utilizaban antiguamente para tomar decisiones. A cada uno de los que había que tener en cuenta su opinión, se le entregaban dos habas, una blanca y otra negra. De este modo, con la discreción que considerará pertinente el votante, depositaba en la urna el haba blanca, si era partidario de lo que se proponía, o el haba negra, si no le convencía la propuesta. El computo era sencillo, tantas habas negras y tantas habas blancas, y obvio el resultado.
En la Real Maestranza de Caballería de Zaragoza, lo he visto en alguna ocasión. En la Sala de Juntas Generales de la maravillosa casa renacentista aragonesa, conocida como Casa-Palacio de Miguel Donlope y sede actual de la institución aragonesa, guardan la arqueta para las habas blancas y negras. Esta corporación nobiliaria, sucesora de la Cofradía de Caballeros de San Jorge que admitía damas con el nombre de cofradesas desde 1504, recibió el título de Fernando VII, en reconocimiento por participar sus caballeros en los sitios de Zaragoza con su escuadrón de caballería, y privilegios, aunque no llegó a hacer uso de la concesión de corridas de toros. Por cierto, algunos estudiosos de la historia social de las maestranzas han llegado a la conclusión de que también sirvieron de instrumentos de movilidad social, de los que no carecía la sociedad estamental.
Volviendo a las legumbres, en la medida que son una buena fuente de proteína, vitaminas y minerales para la nutrición humana y las leguminosas fijan el nitrógeno atmosférico en el suelo, fertilizándolo naturalmente, la UE promueve su cultivo y su consumo. España está entre los principales productores, registrando la mayor cosecha anual europea de garbanzos (45.000 toneladas) y de lentejas (46.400 toneladas), así como la segunda, después de Francia, de judías (222.500 toneladas).
Precisamente sobre las judías, hay un curioso experimento de Ciencia Ciudadana, que forma parte de proyecto europeo de investigación Increase en el que participa el CSIC, y en el que pueden apuntarse hasta el 28 de febrero.
Mediante la metodología de la Ciencia Ciudadana, todas las personas, aunque no pertenezcan a entornos académicos, pueden colaborar en la obtención de conocimiento. En este caso, sobre las más de mil variedades locales antiguas que dejaron de cultivarse por unas pocas variedades comerciales de mayor rendimiento. En ellas reside la variabilidad genética de la judía y la posibilidad de encontrar soluciones para hacer frente a la sequía, las altas temperaturas o las enfermedades que amenazan a las variedades comerciales más vulnerables.
Para ello, el CSIC, enviando, a quien desee sumarse, semillas de seis variedades de judías para cultivarlas, aumentará el número de observaciones y datos sobre su cultivo que serán de gran utilidad para mejorar el conocimiento disponible sobre las antiguas judías

ARCHIVADO EN: CSIC