Ana Nodal de Arce

Me la juego

Ana Nodal de Arce


¡Toledo YA!

17/02/2022

Castilla y León, amén de la historia, tiene varios aspectos en común con Castilla-La Mancha: territorio extenso, poca población y envejecida, además de gobiernos mayoritarios durante décadas. Eso sí, PP en una, PSOE, en otra. Es una Comunidad ficticia, como la nuestra, que incluso ha llegado a plantear la división de León como territorio propio. Aquí, las reticencias provinciales entre unos y otros no llegan a tanto, pero la verdad es que el sentimiento de pertenecer a una región no se ha consolidado en más de cuarenta años y algunos miran con recelo a los de al lado.
Más allá de victorias, semiderrotas o fracasos, me he fijado en el despegue de partidos o plataformas de esa España Vaciada, sobre todo de ¡Soria YA!, que ha arrasado en los comicios castellano y leoneses, tras una trayectoria de 20 años denunciando el abandono y la desafección de su provincia. Su líder es un funcionario, un soriano más, que no está contento con el trato que han recibido los suyos por parte de los grandes partidos y quiere que su voz se haga oír más allá de las fronteras de ese Duero al que dedicó Machado sus mejores versos. He escuchado hablar a este señor, Ángel Ceña se llama, y he comprendido las razones del apego de sus paisanos. Es un hombre corriente, que no conoce los privilegios ni las prebendas del poder y, al menos hasta ahora, no es un político profesional, de esos que se apegan al sillón y convierten el servicio público en un afán para colocarse de por vida y, además, situar a los suyos en cargos eternos, sin mayor mérito que pertenecer al partido de turno. De esos, en nuestra Comunidad conocemos a muchos.
Lo que resulta evidente es que los partidos estatales se están equivocando. Se han alejado de la gente, de los problemas de sus vecinos, reparten consignas que solo siguen los de su cuerda, los que se han beneficiado de alguna red clientelar en una corrupción no tipificada legalmente, pero tan dañina como la del cobro de comisiones a particulares por conseguirles un suculento contrato. Ellos son más de subirse sueldos y derrochar el dinero público, ese que decía Carmen Calvo que no era de nadie.
El descontento de los ciudadanos es real. Pueden subir el salario mínimo lo que quieran, a dos bandas incluso podrían haber llegado a 1.500 euros, un sueldo que no ganan la mayoría de los españoles ni por asomo. Sí es real que la gasolina se ha desbocado, que la energía es un lujo, que la inseguridad se extiende y que pueden ocupar tu vivienda gratis. Aún peor: tendrás que pagarle los gastos al inquilino ilegal, que la ley ampara al delincuente.
Sí, llegan los fondos europeos, pero parece que el reparto es opaco y no se ha explicado a qué proyectos irá destinado. Huele a negocio para unos cuantos. Falta labor pedagógica, de comunicación. Faltan proyectos de futuro, son necesarios políticos cercanos que pateen las calles, que escuchen, que se comprometan de verdad con los problemas de su gente, más que nada porque también los sufren y desean dedicarse una etapa de su vida a la cosa pública para aportar sus conocimientos, su talento y su trabajo. Si no hay candidatos que respondan a este perfil, no descartaría un ¡Toledo YA! como voz de los que están hartos de mentiras y no están dispuestos a rendirse