Jesús Morales

Nada particular

Jesús Morales


14 Mentiras Miguel, 14

22/02/2022

El otro día escribió Miguel Méndez un fantástico artículo en su blog, ya saben La mejor tierra de Castilla, con el título 13 mentiras y un mantra sobre el Tajo que no debes creer; se imaginarán que Méndez enumera una a una las indecentes mentiras que llevamos escuchando años cientos, miles de veces a quienes nos roban el río y a las que nadie responde-y menos que nadie los políticos- y que repetidas una y mil veces pasan a ser en la vagancia y el culpable conformismo popular grandes  verdades. Lo que ocurre es que yo llevo mucho tiempo sobre un asunto que no quiero que se olvide de ninguna manera así que me he atrevido a añadir al escrito de Miguel, una mentira más que perfectamente sé que no le importará que una a sus trece falsedades: la cara de idiotas que se nos quedó en Talavera a todos cuando con el tiempo comprobamos que todas, absolutamente todas las solemnes y fabulosas promesas que  nos hicieron por trasladar el Tajo a Murcia y dejarnos con un río que no es tal, sino una emponzoñada cloaca de Madrid, nos engañaron con la asquerosa mentira de un futuro esplendoroso para Talavera cuando entregásemos el Tajo:  llegarían aquí tantas fábricas que sería preciso hacer cola para instalarse en Torrehierro, puestos de trabajo a millares, nivel de vida estratosférico, crecimiento de la ciudad prodigioso, a propósito de esto recuerdo un reportaje aparecido en una publicación de la ciudad según el cual en el año 2000 Talavera sobrepasaría los doscientos mil habitantes y así todas las trolas que gusten con tal de conseguir sus propósitos que no eran otros que llevarse el agua a Murcia. Que nadie dude que por insanos intereses. Y hasta ahora.
Los jóvenes puede que no lo sepan, pero los que ya peinamos canas, o no peinamos nada merced a la alopecia, los talaveranos recibimos un bofetón, quizá el primero, en toda la cara además de una muestra exacta de lo que iban a ser todas aquellas palabras que nos iban a compensar del hurto del río, la empresa Ford buscaba un lugar en España para montar un factoría; en Talavera alguien pensó que por fin había llegado el momento de que llegaran las prometidas compensaciones por el rapto del Tajo. Pero no, los de Ford pasaron por aquí igual que en Bienvenido Mr. Marsall pasan por el pueblo dispuesto a dar la bienvenido a los americanos. Con idéntica y cruel frustración.
Luego llegó la vergonzosa ocurrencia de, no sé de quién pero fue aquello tan terrible que algunos pusieron en los parabrisas de los coches que decía 'aún sin la Ford Talavera es la mejor' y esto no es un invento chabacano, es contar la cosa como fue y que afortunadamente está ya casi olvidada.
Después hemos visto como entrábamos en Castilla-La Mancha y éramos víctimas de unos incomprensibles planes para vaciarnos de influencia aunque aprendimos lo que no hay que hacer jamás y es que se lleven los ríos.