El mayor temor mundial

Diego Izco (SPC)
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Dybala, este curso con la Roma - Foto: EUROPA PRESS

Paulo Dybala representa un trozo de aliento de lo que Catar'22 quiere respirar: jugadores de fantasía en plena forma disputando (o eso desean) el mayor y mejor Mundial de todos los tiempos. Por primera vez en la historia los futbolistas van a estar en plenitud, vaticinan; julio es un mes magnífico, pero a esas alturas los genios ya dieron sus mejores pases y tiraron su mejores regates. Así que noviembre/diciembre enganchará a los genios en plenitud. Al menos, los genios que lleguen...

Porque Paulo Dybala también representa el mayor miedo de lo que Catar'22 significa: un trozo de agonía en mitad de la temporada, porque cuando un jugador se quebraba, la pausa entre final de temporada y comienzo de Mundial ayudaba a su recuperación. El último partido del curso y el primero de una Copa del Mundo suponían una especie de 'UCI' en la que cuidar la fisura, la elongación o la sobrecarga de la estrella de turno. En estas latitudes no nos hacen falta reflexiones demasiado sesudas: Vicente Del Bosque esperó a Iniesta, lesionado en mayo y convaleciente en junio de 2010, y el destino le compensó con un derechazo cruzado que lo cambió todo. 

Argentina quiere un Mundial para Messi y Messi quiere otro Mundial para Argentina, pero si algo ha aprendido Scaloni con el paso de los partidos es que el 'diez' necesita peloteros a la altura de las circunstancias… y Dybala es uno de los 'otros dieces' que Leo necesita para levantar la copa que le distancia de Maradona. El ex de la Juventus, rutilante estrella de la Roma de Mourinho, se lesionó de una forma cruel el pasado fin de semana: tirando un penalti. Lo metió, pero el gesto del golpeo, en ese escorzo que algunos emplean para despistar al portero con demasiado teatro, le quebró el recto femoral izquierdo. «No soy médico. No he hablado con un médico… pero puedo decir que es difícil que veamos a Dybala antes de 2023», decía Mourinho cariacontecido.  

la oportunidad. Y el futbolista, que estaba en uno de los mejores momentos de su carrera (cinco partidos consecutivos anotando), de repente está cruzando la pasarela que nadie quiere atravesar en la élite: a sus 28 años, podría quedarse sin jugar un Mundial. 'La Joya' está ante la segunda oportunidad de su vida (jugó en Rusia'18), y esta es la más nítida de todas. En Turín o Roma adquirió un papel sobresaliente, pero en Argentina es una de las 'piezas ocultas' de Scaloni, un peón perfectamente asentado en una maquinaria casi perfecta: la Albiceleste amenaza el récord histórico de los 37 duelos sin derrota de Italia (está a dos), ya que no pierde desde el 2 de julio de 2019. 

En Argentina Dybala es el tipo que cubre lo que Messi descarta. El 'diez' del PSG es plenipotenciario (lo que Guardiola y Luis Enrique aprovecharon para firmar aquellos tripletes del Barça), así que al zurdo de la Roma le toca pensar cuando el genio está en barbecho: cubre espacios, filtra pases, arrastra marcas, inventa cuando Lionel está demasiado vigilado y tira los desmarques que quiebran a las zagas más férreas. «Ve el fútbol antes de que suceda», dijo en su día Zamparini, el díscolo presidente del Palermo que trajo a Dybala a Europa a cambio de 12 millones de euros. Sabía que tenía a un genio entre sus filas: con cara de niño y siendo niño, jugó casi 100 enfrentamientos en la capital siciliana y dejó 21 goles y 23 asistencias. Turín fue su rampa de lanzamiento a los cielos del fútbol y Roma, donde este verano fue recibido como un nuevo dios en el Olimpo, el lugar donde reconquistar la gloria. Las lesiones, el peaje más doloroso del deportista de élite, juegan duro en la antesala de un Mundial.