Luis Francisco Peñalver

Tribuna Abierta

Luis Francisco Peñalver

Profesor e historiador


Un Museo de Historia de la ciudad: nos los merecemos, se lo merecen los que están por venir

05/01/2023

Hace unos días, la alcaldesa de Talavera de la Reina, Tita García Élez, anunciaba el inicio del proceso de creación del Museo de la Historia de la ciudad en el que fue claustro de los Canónigos, comenzando con obras de consolidación de los restos del mismo.
Supone una gran noticia que enlaza con la demanda desde hace años, y por parte de diferentes sectores sociales (hace poco lo hizo en este mismo diario el colectivo Arrabal), de la creación de ese Museo de la Ciudad. Nos consta que ya fue contemplado como tal proyecto por pasadas Corporaciones municipales.
Acertada la iniciativa de la edil talaverana en dar estos primeros pasos en lo que se supone un largo recorrido en el tiempo hasta que veamos el futuro museo inaugurado. Junto a la adecuación del espacio físico, habrá que contemplar el propio proyecto museístico, con la temática y contenidos a incorporar, dotación de materiales, documentos, organización y gestión burocrática, aspectos de índole económico y de personal…; como decimos un lógico dilatado proceso en el que será clave asentar desde el principio qué museo deseamos erigir en consonancia al siglo en el que vivimos. Pero para todo ello habrá tiempo de debates, iniciativas y planificación por los responsables que en su momento sean asignados.
Que entre los ciudadanos se comience a tratar este asunto, la creación de un Museo de la Historia de la ciudad, es importante. Supone enriquecer el debate cultural, ir más allá del sentimiento también lógico de encuadrarnos casi exclusivamente en el plano cerámico, tan importante como eje social, económico y generacional de Talavera. Pero nuestra riqueza artístico-cultural, patrimonial, es más, y de ello tenemos que hacer gala los que aquí vivimos, los que ligados a la ciudad sentimos ser protagonistas colaborando al margen de colores partidistas, cuidando, poniendo en valor, difundiendo todos esos bienes que constituyen en gran parte un patrimonio oculto. Oculto doblemente, bien sea porque aún está por descubrir, o porque duerme, literalmente, en cajas almacenadas ajeno a la posibilidad de ser conocido por los ciudadanos.
Es atrayente esta propuesta de erigir el futuro museo, suscitar el interés al respecto, que poco a poco se impregne entre la ciudadanía su necesidad, la de la creación del espacio expositivo, con carácter dinámico, en el que se muestre, comunique y transmita, aquellos aspectos de nuestra historia que han contribuido a forjar la ciudad, también lo que en parte somos los que en ella residimos.
La reciente inauguración de la exposición "Hércules en Talavera" que podemos visitar en el Museo de Cerámica "Ruiz de Luna", no solo ha supuesto el retorno de la escultura de bronce descubierta en 1996 en la calle de la Lechuga, con casi dos mil años de antigüedad, y que desde entonces estaba custodiada en el Museo de Santa Cruz de Toledo, a la postre museo de la provincia, sino que aparte de la bella contemplación del héroe romano , nos brinda la exposición la oportunidad de acercarnos a Caesarobriga, la Talavera romana, entre los siglos I d. C. a V-VI d. C., a través de los distintos materiales expuestos descubiertos en la propia ciudad y su entorno, especialmente el excepcional yacimiento de la villa del Saucedo en Talavera la Nueva.
Corremos el riesgo de que toda esta riqueza arqueológica y patrimonial vuelva a ese lugar del sueño eterno en anaqueles ocultos. Pueden pasar otros casi treinta años, como ha ocurrido desde el descubrimiento del Hércules, para volver a contemplar estos vestigios de nuestra Caesarobriga. Ahí tenemos los restos del foro, hoy al descubierto junto a los juzgados, también los templos romanos a tres metros bajo el suelo, visitables desde el Centro Cultural Rafael Morales. La Roma de Talavera la tenemos aquí, los arqueólogos lo saben bien, y el resto de los ciudadanos, como ocurre con esta exposición a la que nos referimos nos merecemos contemplar lo que nos legaron nuestros antepasados. Miremos a las murallas con detenimiento, observemos las lápidas con inscripciones en latín que las salpican, una reutilización que hicieron los talaveranos en época musulmana de aquella cultura que hoy revindicamos.
Citamos a las murallas, otro patrimonio inmenso reflejado en el primer recinto con reminiscencias de lo que fue Talabira, la Talavera musulmana. Pero si nos detuviéramos en el siglo XVIII y principios del XIX, hablaríamos de la Talavera de la seda, por su afamada Real Fábrica de Sedas; podemos crear espacios conmemorativos y de estudio sobre la Batalla de Talavera (1809); también de carácter documental en múltiples aspectos; o artísticos arquitectónicos (mudéjar, barroco en ladrillo…). Tenemos patrimonio, un tanto disperso, muy desconocido en ocasiones, pero que da pie, no cabe duda, para argumentar la necesidad de un Museo de la Historia de Talavera.
Somos la "Ciudad de la Cerámica", pero somos más: de la seda como comentábamos, de las tres culturas como nuestra capital provincial, de la gran fiesta de las Mondas (que se merece un espacio singular), de las expresiones de generaciones pasadas materializadas en vestigios diversos que siendo mostrados, nos comunicarán con ellas, cumpliendo por tanto una de las funciones de los bienes culturales patrimoniales, esto es, enlazar el presente con el pasado y proyectarnos al futuro.
Merece la pena ese museo, bienvenida la iniciativa. Hagámoslo bien. Nos lo merecemos, se los merecen los que están por venir.

*Profesor e historiador. Miembro de la Comisión Especial de Protección de la Villa de Talavera