Tras una década al frente de la Oficina Periférica de Comunicación de la Comandancia de la Guardia Civil de Toledo Alicia Velasco cambia de cometido. Una carrera de más de tres décadas en el cuerpo que permiten tener una amplia visión del papel de la mujer en la sociedad y en la Guardia Civil.

¿Cómo fue el decidir entrar en la Guardia Civil? ¿Por qué eligió esta profesión?

Fue una idea que ya rondaba mi cabeza desde muy joven, yo quería trabajar vistiendo un uniforme y que fuera de servicio hacia los demás, al principio no lo tenía claro pero después me decidí por la Guardia Civil. Para mi familia fue toda un sorpresa, no tengo ningún antecedente directo en este Cuerpo, y que una joven de 18 años dejara de estudiar para centrarse en las oposiciones de ingreso, fue un varapalo para ellos. Hay que tener en cuenta que esto fue en el año 1991 y que provengo de una pequeño pueblecito de Segovia, donde la imagen de una mujer vistiendo y trabajando como militar era impensable. El día 5 de mayo de 1992, después de 9 meses de formación en la Academia de Baeza, llegué a Toledo, pero a los pocos días de llegar me mandaron a Gerona, con motivo de la celebración de los Juegos Olímpicos de ese año en Barcelona. De regreso a esta provincia, mis primeros años trabajé en el Núcleo de Servicios y Seguridad de esta Comandancia, realizando distintos servicios como labores de vigilancia y seguridad en la Delegación del Gobierno de CLM, Banco de España, Audiencia Provincial, en el Centro Penitenciario que entonces había en la provincia, el traslado de internos entre distintos centros de internamiento o al hospital, y vigilancia y seguridad de la misma Comandancia. Después estuve trabajando durante casi 14 años en la Central Operativa de Servicios (COS), donde se gestionan las llamadas de urgencias que se reciben por el teléfono 062 y el 112 CLM, y donde se coordinan las distintas patrullas desplegadas por toda la provincia. En el año 2012 tuve la oportunidad de comenzar una nueva etapa como portavoz de este Cuerpo para esta provincia, y donde he permanecido hasta ahora.

Velasco seguirá en la Comandancia de Toledo. - Foto: David Pérez

Hace casi 34 años de que el 1 de septiembre de 1988 se incorporaron a la Academia de Baeza las primeras 197 componentes femeninas que iban a pasar a formar parte del Cuerpo de la Guardia Civil ¿Cómo ha ido cambiando la Guardia Civil en temas de igualdad? ¿Cómo era cuándo entró usted y cómo es ahora?

Cuando yo ingresé ni siquiera la ropa estaba totalmente adaptada para nosotras. Nos dieron un bolso y zapatos de tacón, con eso y el uniforme teníamos que salir a trabajar. Soy madre de dos hijos, y cuando ellos nacieron no existía la conciliación familiar, las mujeres embarazadas íbamos a 'acabar' con la Guardia Civil, el hecho de pedir la hora de lactancia era una osadía que te llevaba a enfrentarte con los compañeros y con los mandos. El hecho de tener un vestuario o un aseo propio no se ha conseguido de la noche a la mañana, ha sido cuestión de mucho tiempo y, aun así, seguro que hay sitios que todavía no están convenientemente adaptados, así como optar a distintos puestos o cursos.

Actualmente, ¿considera que existen barreras para que una mujer pueda acceder a puestos de mando dentro de las diferentes escalas de la Guardia Civil? ¿Cuáles?

Creo que después de casi 34 años, gracias al trabajo de todas, al granito de arena que cada una de nosotras haya podido aportar, estamos en disposición de decir que podemos optar a cualquier puesto que nos propongamos.

Llega a Toledo y hace casi una década entra en la OPC, ¿Qué balance hace de este tiempo?

El balance ha sido muy positivo, sobre todo han sido años de aprendizaje. Agradezco a todos mis compañeros la oportunidad que me han dado de conocer de primera mano su trabajo. También he aprendido cómo funcionan los distintos medios de comunicación, tanto escritos como de radio y de televisión o digitales, cada uno con sus características y sus necesidades. Este trabajo me ha permitido también conocer a muchas personas, tanto de dentro de este Cuerpo como de fuera y eso ha sido muy enriquecedor.

¿Qué supone trabajar en la OPC? ¿Responsabilidad de dar a conocer el trabajo de los compañeros y la Institución de forma correcta o el orgullo de dar eco a lo realizado?

Para mí personalmente, ha sido una gran responsabilidad. Es dar voz e imagen al trabajo incesante de muchos compañeros. Estamos en un momento en el que parece que lo que no se cuenta no ha sucedido y, aun así, es imposible contar el día a día del trabajo de todos ellos.

¿Cuál ha sido la noticia que más alegría te ha dado difundir y cuál la que jamás hubieras querido tener que redactar? Cuando concluye una operación con éxito donde los compañeros han trabajado como jabatos, y se han esclarecido delitos tan graves como homicidios, secuestros o robos violentos, es un motivo de orgullo poder aportar algo para que les sea reconocido. Las peores noticias generalmente se dan a conocer de forma directa e inmediata, su gravedad así lo requiere. Fue, por ejemplo, en octubre del año 2013 el atraco a un supermercado de Yuncos donde un compañero resulto herido por arma de fuego, después sí, cuando se detuvo a los delincuentes se confeccionó la nota de prensa con toda la información. También me acuerdo, casi nada más comenzar mi andadura en la OPC, la muerte de una empleada de la limpieza durante un atraco en Santa Cruz del Retamar en mayo del 2012. Son muchas las noticias que desearía no tener que confirmar puesto que detrás de la comisión de cualquier delito de sangre, o un simple accidente, hay una tragedia familiar detrás.

El Día Internacional de la Mujer es un momento clave para reflexionar acerca de los avances logrados, ¿Qué titular te gustaría leer en un futuro próximo?

'La Guardia Civil es ejemplo de integración e igualdad de oportunidades para empresas y organismos públicos y privados'.

¿Cuál cree que es el mayor reto de ser mujer en estos tiempos? ¿Quién ha sido la mujer que más te ha inspirado?

Que nunca renuncien a su identidad de mujer, que no somos más ni menos que nadie, ni mejores, pero tampoco perores, que no por ser mujer tenemos que soportarlo todo. Reconocer que tenemos nuestros límites, que no somos Superwoman, y que debemos poner límites a los demás para que se nos respete en el terreno profesional y en el personal. Ha costado mucho llegar donde estamos ahora y no podemos retroceder ni un ápice. Las mujeres de mi niñez estaban todas supeditas a un hombre del cual dependían a todos los niveles y, a pesar de todo el respeto y la admiración que sentía hacia ellas, yo no quería repetir su mismo patrón. Ese fue uno de los revulsivos para querer ser independiente e ingresar en la Guardia Civil.