El Manchego Ciudad Real tampoco fue el mejor escollo para torear la mala racha y aguantó defensivamente a un CD Toledo que sigue a dieta de puntos, sin poder comerse un bocadillo de tres puntos cuatro semanas después. Creció de la primera a la segunda parte y hasta sometió a un equipo bien ordenado, pero la magia sigue sin aparecer. Y ese detalle que a veces caía de su lado, sigue de vacaciones.
Antes de que rodara el balón se jugaron un par de partidos fuera. Uno por la mañana, el de los resultados adversos para los rivales directos del conjunto verde. El otro, en los aparcamientos, en las inmediaciones del Salto del Caballo y en los grupos de WhatsApp. No jugaba Chico. Ni estaba en la convocatoria. Los mismos que se quejaban de su fichaje reclamaban que no estuviera en el once.
El caso es que Manu Calleja salió con Montávez y César Ortiz en el medio campo y con Pituli acompañando a Rubén Moreno en la punta del ataque. Lo que hay. Esta disposición no se tradujo en mayor control de los de casa. El Manchego le discutió la posesión a ratos, aunque su intención fue la de salir con velocidad para pillar desprevenido al contrario. Aún así, la primera ocasión clara fue de Álex Jiménez, tras una jugada de Pituli. El gaditano intentó un tiro colocado dentro del área que atajó bien Sergio. El segundo ‘uy’, sin embargo, fue para el conjunto de Ciudad Real, en una acción de ataque de Rares que acabó con un tiro cruzado sin miedo para Olmedo.
Probados ya los dos guardametas, el CD Toledo es quien tuvo más ganas de controlar y atacar, pero no lo terminó de conseguir. Tampoco estuvo fino con la pelota y, sin forzarles a errar, los verdes concedieron bastante, lo que generó los primeros pitos de la grada.
Aún así, el recurso del balón parado salió a relucir en el minuto 20 con una falta al área que César Ortiz cabeceó a las manos del portero mancheguista. El CD Toledo no estaba sufriendo atrás, pero tampoco estaba sometiendo, para nada, a un rival que se presumía más endeble. Probablemente Rubén Moreno hubiera preferido que su socio número 1 estuviera sobre el césped porque fue llegar a tres cuartos y desaparecer la electricidad. Solamente un poco de Traoré y otro poco de Álex Jiménez por la otra banda. No estaba mal tirado con la defensa de tres centrales del Manchego.
De todos modos, superada la media hora de encuentro, precisamente el ‘9’ verde, en el vértice del área, quiso elevar la pelota y dio con la mano de Cedric. Rubén Moreno se fue al punto blanco con decisión, pero su disparo salió por el palo derecho de Sergio. Cuando la cabra se pone a dar leche, da hasta por los cuernos.
El fallo arrancó de nuevo silbidos, y hasta algún ‘fuera, fuera’. Es el Salto del Caballo. La gente reaccionó con aplausos tras la siguiente oportunidad de su Toledo. Tuvo que ser en una falta lanzada por Pituli a la que tuvo que volar Sergio. En el rechazo, Traoré la enchufó para mandarla fuera del estadio cuando Rubén Moreno, de cara, la estaba esperando.
No queda aquí la cosa porque un minuto después, Olmedo salió al rescate. Sacó un cabezazo de Rares después de un centro desde la banda. Iba demasiado centrado. Así se esfumó la primera parte.
La segunda vino con algo más de orden, más control y más ganas. A excepción de un córner en contra, los de Calleja estuvieron cinco minutos tocando y tocando. Para eso Pituli tuvo que bajar casi a la posición de pivote para subir la pelota y encontrar un movimiento rápido de Fran Montávez. Pero sin ocasiones. Parecía que esa opción de verdad estaba cerca de aparecer. Y aparecieron un par de contragolpes peligrosos del Manchego abortados con suficiencia.
Al CD Toledo no se le podía, ni se le debía, reprochar nada porque en un cuarto de hora no paró de meter al rival en su área. Pero la muralla mancheguista era una misión imposible. Se insistió una y otra vez por la lado derecho, sobre todo con un Esparza mucho más activo. Eso sí, sin un pase mágico.
Se lo sacó de la manga César Ortiz, tras romper las dos primeras lesión del Manchego, y Traoré la estampó en Sergio. Paradón del portero. Era el minuto 65. Y en el 71, los toledanos dispusieron de hasta tres lanzamientos dentro del área, con barullo incluido. Calleja cambió fichas rápidamente y dio entrada a Pável y Robles por Álex Jiménez y Esparza. Había ideas. No ejecución.
El encuentro entró en los últimos diez minutos sin mucha esperanza, al menos en los que estaban sentados. Los del césped no pararon de intentarlo para romper el tercer empate consecutivo. El Manchego le metió en otro problema. Problemas musculares, parones, faltas... Se le volvió en contra con la roja directa a Mamadou.
En el minuto 88 todo el mundo se llevó las manos en la cabeza porque no estaba la tarde aliada con el CD Toledo. Pável la puso al segundo palo y Pituli, con la cabeza, remató al larguero tras, quizás, un leve toque de Sergio. Otra más para la colección. Ni en el descuento fue capaz de hallar la llave maestra de otro partido. Pituli, a puerta vacía, le imprimió demasiada fuerza. Otra semana de jaleos.