Arranca otra reparación del pavimento de Carlos V

Á. de la Paz
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La concejala de Obras detalla una nueva fórmula para el corte de las piezas que aumentará la rugosidad en el canto y favorecerá que permanezcan unidas y resistentes al paso del tráfico

Obra en la Cuesta de Carlos V para la adherencia del firme - Foto: Yolanda Lancha

Las obras de reparación en las cuestas de Carlos V y Capuchinos comenzaron ayer y se alargarán durante las próximas semanas. Las actuaciones servirán para reparar los baches y socavones provocados por el desplazamiento de las losetas que forman el pavimento de una de las principales arterias del Casco histórico, zona, además, de paso habitual del servicio de autobús municipal. El proyecto, dotado con algo más de 48.000 euros de presupuesto, prevé un plazo de ejecución de un mes, aunque la intención del equipo de Gobierno municipal es reducirlo y poder ejecutarlo en dos o tres semanas. La idea del Ayuntamiento es tener la calle arreglada definitivamente antes del inicio de la Semana Santa.

El inicio de la enésima remodelación del suelo de esta vía pretende «mejorar la adherencia para que la reparación sea más duradera», explica Noelia de la Cruz, concejala de Obras. Los «materiales nobles» que alfombran buena parte del entorno del Alcázar han sufrido continuos desperfectos en los últimos años. La propuesta que el Ayuntamiento promueve desde ayer implica la reutilización de aquellas piezas que estén en buen estado y el cambio por otras nuevas de aquellas cuyo deterioro las haya hecho inservibles. Una de las novedades en esta remodelación pasa por el trabajo realizado en la piedra que forma el piso en este entorno. «El material se corta directamente en la cantera lo que le da cierta irregularidad», apunta la edil. La rugosidad en los cantos permitirán mayor adherencia entre las losetas y dificultará que se muevan cuando pasan por encima vehículos de gran tonelaje.

La obra no cambiará el suelo, que mantendrá su estética actual aunque sin socavones ni partes separadas entre sí y respecto al firme. El hormigón impreso con que se arregló en el inicio de la legislatura el eje que recorre Bisagra hasta la Cuesta de Carlos V, incluyendo el paso por Zocodover, no se extenderá hasta el final de la vía. «Tratamos de conjugar las dos sensibilidades», indica De la Cruz. La concejala de Obras recuerda la condición de ciudad Patrimonio de la Humanidad de Toledo y la importancia que se ha de dar a la presencia visible de edificios y calles. La «mejora técnica» se erige como la solución que permitirá alargar la vida de un trazado más bello pero más sufrido.

«Tienen cualidades diferentes», apunta la responsable municipal. «Los materiales que estamos reparando requieren de un mantenimiento más específico», añade. Aunque el hormigón impreso es más persistente y duradero, las razones de embellecimiento priman en esta parte de las vías, próximas, por ejemplo, a la entrada a la Biblioteca de Castilla-La Mancha. «Hay que saber conjugar el patrimonio con los servicios propios de una ciudad del siglo XXI», apunta la edil. La posibilidad de peatonalización se adivina muy lejana, aunque De La Cruz recuerda que la propia alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón, señaló recientemente, y como posibilidad cercana, la leve reducción del tráfico de autobuses en esta zona.