La herencia de la 'Muleta de Castilla'

Dominguín
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Mano a mano toledano en Borox, con triunfo y salida a hombros de Álvaro Lorenzo y Tomás Rufo que se repartieron 5 orejas. Centenares de aficionados acompañaron a Rufo en su última actuación como novillero en la provincia, antes de su alternativa

Lorenzo y Rufo abandonaron triunfantes el coso de Borox. - Foto: Dominguín

La tauromaquia en Toledo sigue viva  y ayer se pudo ver en el coso taurino de Borox. Un cartel que tenía todos los alicientes para que los aficionados de la zona se acercasen al pueblo natal del maestro Domingo Ortega. Muchas caras conocidas en los tendidos, venidos de diferentes parajes de la provincia, dos cortes de seguidores que acompañaron a sus toreros en un duelo muy significativo.

Seis reses de Alcurrucén y el Cortijillo, tres toros y tres novillos, de correcta presentación, aunque alguno distaba de lo que nos tienen acostumbrados a ver lidiar los hermanos Lozano. El comportamiento de la corrida condicionó que el triunfo no fuese más abultado, además del fallo de espadas de los protagonistas que hubiesen paseado más trofeos si hubiesen acertado al primer embroque.

En el ruedo dos pupilos de la casa Lozano, dos toreros con influencia castellana heredada de Pablo Lozano, la ‘Muleta de Castilla’, quien tiene en ellos alumnos aventajados de su legado que dejaron patente en el ruedo de la patria del maestro Ortega.

De capa recibió con las manos bajas Álvaro lorenzo al primer toro, escaso de carnes y cuajo, que echaba en cada embroque la cara por las nubes. Lorenzo lo toreó como si fuera bueno. Tuvo la faena perfecta, en cuanto a firmeza, toques y distancias con el burel. La pena fue que su enemigo se apagó y todo se enfrió, recibiendo una ovación obligando al toledano a saludar desde el tercio.

Volvió a desplegar su capote al tercero de la tarde, con un don innato que le caracteriza, pudiendo esta vez sí, conseguir mayor lucimiento, gustando a los asistentes que se lo premiaron con una importante ovación. Brindó a Rufo, en un gesto bonito y torero, en lo que es su última tarde juntos en diferentes escalafones, seguro que serán muchas tardes juntos como matadores de toros. Con la muleta el toro no se lo puso fácil, tiró de oficio y temple, para aguantar las cotas embestidas y los parones continuos del burel. Se le vio con una gran disposición toda la tarde, pero cuando no se tiene enfrente oponente poco se puede hacer más que justificarse. Otra vez marró con los aceros, siendo silenciada su actuación.

Tuvo suerte Lorenzo de que el quito tuviera guardada la bravura y movilidad necesaria para mostrar lo que atesora y todos sabemos de lo que es capaz el joven matador. El toro con el hierro de ‘El Cortijillo’ le dejó expresarse de capa, exprimiendo cada embestida con suavidad y gusto, hasta el remate en mismo centro del anillo. La plaza estremeció cuando se echó el capote a la espalda Lorenzo y el toro se le arranco como una exhalación y le paso a escasos centímetros de las lentejuelas en varias ocasiones. Otro brindis de Lorenzo emotivo, esta vez a su banderillero José Ignacio Rodríguez ‘El Puchi’, torero de Borox que lleva acompañándole varias temporadas. El toro que tenia en principio movilidad, tomaba con brío la muleta de Lorenzo, que supo parar, templar y mandar sobre su fiereza. Tandas muy acompasadas y con gusto, rematadas siempre de forma magistral. Pudo con el astado por bajo el matador, siempre llevándole la pañosa cosida al hocico. Al final del trasteo manoletinas ajustadísimas que subieron la temperatura de los tendidos. Esta vez sí que entró el acero hasta los gavilanes, y los dos pañuelos blancos asomaron por la baranda presidencial, propiciando su salida en volandas del coso.

El capitulo novilleril rozó gran altura, pues Tomás Rufo, llega a sus últimas etapas de novillero con una madurez importante. Esto se le vio en el recibo de capa al berrendo en colorado que salió a la plaza en segundo lugar del festejo, lanceando con seguridad y encaje al de Alcurrucen. La faena fue maciza y rotunda, por ambos pitones, con suavidad y temple. Con la diestra sometió al utrero que tomaba la con nobleza y largura, la que le daba Rufó con su trazo. Lo mejor en este trasteó legó por naturales al final, echándole con suavidad los flecos y ligando varias tandas enormes. Estocada al segundo intento y oreja para el esportón del de Pepino.

Otra gran faena de Tomás al cuatro, novillo de la familia de los músicos de nombre ‘Tambor’ que fue noble y colaborador desde el recibo por delantales de capa. La faena de muleta tuvo mucha importancia por ambos pitones, aunque lo mejor se vio en los derechazos, refrendado con una buena estocada que le sirvió para sumar otra oreja a su cuenta particular.

Larga cambiada de Rufo junto a tablas para recibir al último de la tarde, tras lo cual torero al novillo a la verónica. Quite del novillero por tafalleras muy jadeadas por el graderío. Clavado en el centro del anillo se plantó Rufo, y citó de lejos al novillo que se llevó dos cambiados por la espalda y otros tantos de pecho, que metió al publico en la faena, pero el utrero no contribuyó a dar más color a la faena. Tuvo que someter al animal por ambos pitones logrando trazos de empaque y torería, de toreo caro de suavidad de muñecas, en definitiva, de estar preparado para el salto de llegar a ser matador de toros. Tremenda estocada en la yema y el novillo por el suelo, valiéndole para obtener otra oreja más a su cuenta particular que al final fueron tres.

Salida a hombros de ambos que una vez batidos en el ruedo salieron compartiendo el triunfo taurino en Borox.

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