Indemnización de 800.000 euros por la agresión al médico

J.M.
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La Audiencia Provincial condena al procesado por los terroríficos hechos de Camarena a un internamiento en un centro de deshabituación por un periodo máximo de 15 años. La víctima tiene reconocida una discapacidad física y psíquica del 77 por ciento

Indemnización de 800.000 euros por la agresión al médico - Foto: Yolanda Lancha

La sección segunda de la Audiencia Provincial ha necesitado 100 páginas para detallar la sentencia por la agresión al médico de Camarena. Francisco Jesús, el autor de los hechos, ha resultado absuelto por la eximente de responsabilidad criminal por intoxicación plena, tal y como informó ayer este diario. El tribunal impone la medida de seguridad de internamiento en un centro de deshabituación por un periodo de 15 años, pero el centro puede estimar la curación del paciente e implicar una reducción del periodo, en caso de aprobación por parte del tribunal. Hay que tener en cuenta que el condenado ha permanecido privado de libertad desde el mismo día de los hechos, el 14 de junio de 2018, por lo que habrá que descontar estos más de tres años y medio.

La sentencia, firmada el pasado 1 de febrero, impone que el acusado deberá indemnizar a la víctima con 800.000 euros en concepto de responsabilidad civil por las lesiones, secuelas, perjuicio personal particular, daño emergente y lucro cesante ocasionado por la agresión.

Los hechos probados mencionan que el procesado, que había sido condenado anteriormente a dos años de prisión por un delito de violencia doméstica en 2016, dio un puñetazo en el ojo derecho a su padre durante una discusión tras haber consumido alcohol y otras sustancias estupefacientes. La madre avisó entonces a los servicios de emergencias 112.

Hacia las 3:50 de la madrugada, el médico llamó al timbre de la vivienda de Camarena. El acusado salió violentamente de la vivienda con un palo de madera de grandes dimensiones y, sin tiempo de reacción por parte de la víctima, le golpeó repetidamente en la cabeza. La víctima cayó al suelo, y el acusado continuó con los golpes en la cabeza y en el suelo que dejaron al facultativo inconsciente y con abundante pérdida de sangre.

La enfermera consiguió esconderse en el vehículo del Sescam hasta que llegó la Guardia Civil. Mientras, el acusado gritaba a su padre que lo iba a matar. Los agentes intentaron calmarlo, pero Francisco Jesús salió de la casa con un cuchillo de grandes dimensiones. Lo esgrimió hacia su madre y luego hacia los guardias civiles. "Picoletos de mierda", les espetó. Sin posibilidad de reducirlo, el hombre clavó el cuchillo repetidas veces en el vehículo del Sescam y en la patrulla de la Guardia Civil.

Además, llegó a perseguir a una de las agentes, que se vio obligada a realizar un disparo al aire con el arma reglamentaria. Entonces, el acusado soltó el cuchillo y empezó a reírse. Amenazó con ir a por una "fusca" (pistola, en jerga), Los guardias civiles se parapetaron y lograron acorralar al acusado, que les agredió. Ya engrilletado, continuó dando patadas a la mampara y a la luna del coche patrulla. Desencajó una ventana y deformó la puerta, por lo que fue sacado del automóvil.

Al final, fue trasladado en una UVI móvil al área psiquiátrica del Servicio de Urgencias de Medicina Interna del Hospital Virgen de la Salud de Toledo por el estado de extrema agresividad y excitación. Fue sedado. El agresor estaba diagnosticado de un trastorno de personalidad límite, concretamente de un trastorno de control de impulsos.

La víctima, de 59 años en el momento de los hechos, sufrió traumatismo craneoencefálico grave y traumatismo maxilofacial, hematoma subdural agudo hemisférico derecho, edema cerebral vasogénico, fractura de la pared lateral, medial e inferior de la órbita derecha, entre otras numerosas lesiones.

El médico permaneció con atención expresa desde el 5 de septiembre de 2018 hasta el 10 de enero de 2020 (576 días, 78 de ellos de perjuicio muy grave y 498 de grave), con necesidad de cirugía traumatológica y ortopédica. Desde la fecha de alta, continúa con tratamiento neurocognitivo y rehabilitador en su domicilio y con tratamiento farmacológico. Tiene que ser acompañado y supervisado por terceras personas o por sus propios hijos. Ha sido reconocido con incapacidad permanente en el grado de gran invalidez. con un grado de discapacidad física y psíquica del 77 por ciento.