Adiós al referente del vino en Toledo

J. Monroy
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Luis de Toledo se jubila y ya ha cerrado el mítico 'Catavinos', tras 26 años trabajando con este nombre. Fue su padre quien abrió el local en los 50 con el nombre de bar Avenida

Adiós al referente del vino en Toledo

El último gran acto, último trago en este caso, fueron las migas del pasado 31 de diciembre. A partir de ahí, comenzó ya el desmantelamiento de un bar mítico en la ciudad, el Catavinos, cerrado por jubilación.

Luis (Martínez) de Toledo prácticamente nació en el local que ha sido su vida y su pasión durante los últimos años. Era el bar Avenida, propiedad de su padre. Ahora, sobrepasada ya la edad de jubilación, Luis echa el cierre y se va a dedicar a sus otras pasiones, los viajes, la fotografía, quizás la magia, y la cata, claro. Mientras tanto, es posible que próximamente tengamos buenas noticias respecto al local en sí, que quizás pueda abrir con otros responsables.

El Avenida abría a principios de los años 50. Así es que Luis y sus hermanos pueden presumir de «nacer allí». Era uno de los dos bares del barrio, junto al vecino Trocadero (cerrado en 2009), y los vecinos solían acercarse de tertulia.

Adiós al referente del vino en ToledoAdiós al referente del vino en ToledoNo fue hasta 1997 cuando Luis se hizo cargo del local familiar y lo cambió de nombre a 'Catavinos'. A la muerte del padre, en realidad, fueron los hermanos los que cogieron el bar. Entre 1984 y 1987, Luis abrió el Abra Cadabra, en la calle Real. Y a partir de ahí, se dedicó una década a recorrer el mundo entre la fotografía, el vino y las bodegas, mientras el hermano pequeño seguía con el negocio. Hasta que el menor de la familia prosiguió sus estudios y en 1997 se hizo cargo Luis.

A lo largo de estos 26 años, el Catavinos se ha convertido en un exponente de los caldos en Toledo, pero también algo más. Por allí han pasado, por ejemplo, magos como Anthony Blake. Juan Tamariz y Pepe Carrol iban al Catavinos practicar de cara al público los grandes espectáculos que después daban. De Toledo no pudieron faltar Presti o Woody Aragón. También hubo música en directo, en la terraza y dentro del local.

El vino. El Catavinos fue el establecimiento pionero en la región dedicado al mundo del vino y su entorno, lo cual es mucho decir en un lugar como Castilla-La Mancha. Además de la venta de caldos, allí se organizaron cursillos y catas. «Intentábamos dar a conocer a la gente cuál es la diferencia entre beber y catar», apunta Luis. Todo ello, partiendo de la base de que lo importante es que cada uno beba lo que le gusta. Luis no es muy partidario de todos los protocolos que últimamente se han montado alrededor del vino, «que llegas a un restaurante y la gente está metiendo la nariz en la copa y buscando olor a violeta y roble, pero luego coges el entrecot y te lo metes para dentro». Es decir, «no hace falta ser un entendido en ganado vacuno para comerte un buen entrecot, tampoco tienes que ser un entendido para tomarte un vino y que te guste».

Adiós al referente del vino en ToledoAdiós al referente del vino en ToledoPero como España es inmemorialmente un país de vinos, «lo mejor es enseñar un poco a la gente». Evidentemente, para que esto fuera así, Luis también quiso que se formaran en vinos todos los que trabajaban en su negocio. Dieron cursillos y se interesaron; se acercaron a las nociones más básicas de cata, vino y vinicultura. Los camareros aprendieron y al final «cuando venía alguien y te decía cuatro cosas, ya sabías qué vino había que ponerle».

¿Por dónde empezar a beber vino? Cuando llegaba al Catavinos alguien que decía que no tomaba vino, Luis solía recomendarle algo semidulce y fresco, con aromas muy frutales. Era una forma de iniciarlo. «Igual que el vino con gaseosa, yo no estoy en contra, porque al final vas a ir quitando la gaseosa», apunta. Todo comienza por el dulce, como con la leche materna, pero al final el dulce cansa «y todo el mundo que empieza por vino dulce va cambiando y, salvo el postre, busca cosas más secas».

En Castilla-La Mancha, apunta Luis repasando el mundo del vino, hay un gran potencial en tempranillo y ganacha. Las barricas son un anexo y, evidentemente, las bodegas siempre buscan un vino de firma. A nivel de España, destacan el Ribera, que en los últimos años ha desbancado a La Rioja, de nuevo en los vinos de autor. «La culpa la tuvo Robert Parker, el gurú del vino y su revista», explica Luis la evolución, «cuando le da 100 puntos a un vino, inmediatamente se acaba, pero también puede hundir bodegas». Él ha notado mucho su influencia en los gustos de la clientela, «había gente que quería saber de vinos y que leía revistas, pero eso no quiere decir que entienda de vinos». Ahora los gustos han cambiado, «antes si no sabías de vino, eras casi tonto, pero ahora, afortunadamente, lo que se lleva es saber lo que te gusta y lo que no te gusta, y yo creo que eso es lo más sensato».

Adiós al referente del vino en ToledoAdiós al referente del vino en ToledoAsí es que cuando en 1998 Luis comenzó a hacer su vino, el Corpus, desde su experiencia como enólogo y sumiller número uno de su promoción, pero también como camarero que conoce los gustos de la gente, «la línea que busqué fue la de intentar agradar en cuanto más gente, mejor, amable en la boca». Hoy sigue con la producción, y va a comenzar la venta on line.

El futuro. Hoy, pasados los 66 años, Luis de Toledo se jubila, tras 26 años al cargo del local. Evidentemente, no va a dejar el mundo del vino, ni su Corpus. Pero quizás recupere algo la fotografía, su otra gran pasión. Después de diez años en Sudamérica, ahora ha comenzado a ir a la India. También seguirá catando, como miembro de la Unión Española de Catadores.

Adiós al referente del vino en Toledo
Adiós al referente del vino en Toledo
El Catavinos, por su parte, volverá a abrir sus puertas, seguramente con otro nombre. Luis y sus tres hermanos están barajando varias ofertas para que el local que abrió su padre tenga una continuidad dentro de unos meses.