73,2 kilómetros unidos por una fotografía

Mario Gómez
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José Alberto Real lograba esta instantánea el pasado viernes tras darse las condiciones «idóneas» para ello pues se habían producido precipitaciones en las horas anteriores

En la fotografía de José Alberto Real, la torre de la Catedral está alineada con las torres business del madrileño paseo de La Castellana. - Foto: José Alberto Real Gayo

El revuelo en las redes sociales por una foto de Toledo y Madrid solo es posible si la instantánea aúna las dos capitales en un mismo plano, y reduce visualmente a centímetros los más de 70 kilómetros que separan la Catedral de Toledo y los edificios de Plaza Castilla.

A pesar de todo el revuelo, José Alberto Real desgrana los pormenores de la instantánea aseverando que la autoría es suya, y que no se trata de un montaje de varias capas en Photoshop.

Según explica, la fotografía está tomada en el término municipal de Toledo, cerca de la Urbanización 'Los Cerros', algo que sitúa entre Cobisa y Argés. Por lo que la toma se produce «a 4,5 kilómetros de la Catedral de Toledo y a 77,7 kilómetros de las torres de Plaza de Castilla de Madrid».

Sin duda para todos aquellos que se sorprenden por la fotografía, una de las mayores inquietudes es la del equipo que Real ha utilizado. «Tengo varios objetivos», explica el fotógrafo aficionado, pero en concreto para esta fotografía, ha usado una cámara Canon EOS R5, objetivo Sigma 150-600, usado a 600 mm de distancia focal, filtro de cristal degradado de 3 pasos para «compensar el exceso de altas luces del cielo». El fotógrafo recalca la importancia de «utilizar un diafragma cerrado, para conseguir la hiperfocal, de tal manera que de la catedral al infinito quede todo enfocado». Para ello ha usado en este caso f/10, lo que permite tener enfocado completamente desde 3,5 km hasta el infinito.

Durante la explicación sobre los aspectos técnicos, José Alberto Real aclara que los teleobjetivos provocan una distorsión de la perspectiva, por lo que ahí radica el motivo de que los objetos más lejanos parezcan más grandes que los que se encuentran físicamente más próximos.

Para lograr una instantánea así, no se puede dejar nada al azar. José Alberto reconoce haber intentado varias veces el retrato, pero para lograrlo con tal nitidez, son necesarias unas condiciones atmosféricas muy determinadas, donde se antoja imprescindible la ausencia de contaminación, nieblas y humos. Por eso el momento ideal fue el pasado viernes 11 de marzo, «sobre las 15:00 horas justo después de haber llovido», artífice de que hubiera una mayor visibilidad.

Para definir el punto exacto, al igual que cuando planifica fotografías de astronomía, confiesa usar la aplicación 'Photopills', que le ha permitido ver alineadas la catedral y las famosas torres madrileñas, algo que hubo de comprobar in situ «para verificar que «ningún obstáculo se interpone en medio para hacer la fotografía».

A pesar de los muchos incrédulos, no son pocos los que se proclaman creyentes, más si cabe recordando la trayectoria de José Alberto y sus fotos de edificios, naturaleza o momentos representativos como Filomena o el volcán de La Palma que pudimos disfrutar en las páginas de La Tribuna el pasado mes de diciembre.