Pagés y la mística como instrumento sobre su cuerpo

C.M
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La bailaora y coreógrafa presenta este sábado, en el Palacio de Congresos a las 20,00 horas, el espectáculo 'Óyeme con los ojos' -pensado con El Arbi El Harti- a partir de los pensamientos de poetas místicos

Pagés y la mística como instrumento sobre su cuerpo - Foto: David Pérez

María Pagés y  El Arbi El Harti plantaron sus pies en Toledo para presentar un espectáculo esencial y tan íntimo como conceptual. Ambos emprendieron hace tiempo un camino centrado en dignificar este arte desde la perspectiva de quienes apuestan por el origen de la danza, del movimiento, de sus ritmos y, ante todo, de sus infinitas posibilidades de transmisión. Por ello, y sabedores de que una de las fórmulas comunicativas más acertada es la que entreteje expresión con texto, movimiento con conocimiento, cuerpo con experiencia, Pagés y El Harti traen «por primera vez a Toledo» una de sus creaciones. Será el sábado, a las 20,00 horas, en el Auditorio del Palacio de Congresos.

Lo hacen con ‘Óyeme con los ojos’ -lectura extraída del poema ‘Sentimientos de ausente’ de Sor Juana Inés de la Cruz-, un montaje  que se gesta en torno a ocho escenas dramatúrgicamente muy marcadas tanto por la coreografía como por la música que, como es habitual en esta bailaora y coreógrafa, constituye por sí sola un personaje dramático fundamental.

Así, «con una puesta en escena muy sencilla», Pagés se ha ‘atrevido’ a realizar «un solo» a partir de los poemas de los sufís y místicos Ibn Arabi, Jalal Eddine Rumi, San Juan de la Cruz, Fray Luis de León, Tagore y la propia Sor Juana Inés de la Cruz. Está presente entre los elegidos, aclara el poeta e hispanista marroquí El Arbi El Harti, «José Agustín Goytisolo» a modo de «incursión en la mística laica». Y es que, llegados a este punto, ¿quién puede decir que ‘Palabras para Julia’ -(...)La vida es bella, ya verás/como a pesar de los pesares/tendrás amigos, tendrás amor/(...)- no es mística?

Pagés y la mística como instrumento sobre su cuerpoPagés y la mística como instrumento sobre su cuerpoPorque de este «diálogo, de la mística como instrumento», María (Pagés) trabaja sobre su cuerpo y su experiencia, trabaja el movimiento, los pasos». Habla de ella así porque además de ser el dramaturgo y codirector de este espectáculo, es el marido de una mujer «a la que observo cada día», que «trabaja entre ocho y diez horas diarias porque está entregada al baile, a su pasión».

En esta contemplación, El Arbi El Harti y María Pagés se plantearon la necesidad de «abordar el concepto de cuerpo y conocimiento» ante «la experiencia». Todo para resolver qué es lo que esta última «aporta para que el cuerpo (40 años después) siga siendo viable». Y es que, confirma ella, «la experiencia te da la medida de las cosas», te «ofrece el equilibrio» y, sobre todo, «te permite empezar a transmitir» lo aprendido. Sabe Pagés que existe esta suerte de compensación, «cuando el cuerpo comienza a degradarse, la experiencia se incrementa».

Por ello, sobre la escena, acompañada por de seis músicos centrados en un «cuadro de siete por siete delimitado por una línea blanca», la bailaora trabaja los textos de «estos grandes místicos» adaptados al cante flamenco. No en vano, aprecia, «hay que aprovechar los textos para comunicar mensajes», de ahí que se posibilite el vínculo de la historia y la palabra, el ritmo y el cante, la melodía y el zapateado, la percusión y la voz.

Su único solo. En este solo, el único que ha creado durante toda su carrera, María Pagés narra la vida y las inquietudes espirituales y existenciales de una mujer cuya vida está marcada por el baile como vocación ética. La coreógrafa sevillana ofrece, este sábado, una pieza en la que reflexiona con serenidad la vida, el baile, el deseo y el cuerpo, con sus fascinantes facultades e infinita fragilidad. Así reza ese viaje «al descubrimiento del yo enfrentado a su desnudez y a su naturaleza».