Jesús Fuentes

ÁNGULOS INVERTIDOS

Jesús Fuentes


Vuelve la política

07/04/2020

Ha vuelto la política feroz, tras una tregua corta. Fotocopia desactualizada del  Aznar más  hosco en los tiempos  de la lucha contra  ETA. Sabíamos que ocurriría, pero no con la gente asustada, preocupada, nerviosa e inquieta por la enfermedad y por el trabajo. No importa que sea una epidemia de quien nadie pudo adivinar sus dimensiones. Ni que el resto de países tengan idénticos problemas a los nuestros. El  gobierno es  culpable. Y sabemos la fecha de su gran error: el día 8 de marzo, cuando no prohibió que las mujeres se manifestaran en España en defensa de sus derechos. Imposible no percibir el olor a naftalina del mensaje, por más que se disimule con  alusiones de incompetencia o mala gestión. Allí se propagó la infección como una maldición ancestral contra quienes quieren alterar  el orden natural de la creación. Teología rancia, servida en porciones variadas como  base para la crudeza política.
Pero, como el motivo no da para mucho, toda la derecha junta se ha puesto a  maquinar cómo derribar al gobierno. Los grandes medios de comunicación y los menos grandes se han despachado con editoriales sesudas y opiniones pretendidamente científicas para avalar la iniciativa de Vox. No se olvide, un partido de ultraderecha. Es la oportunidad  de acorralar al gobierno. Ahora o nunca, ha sido la consigna de la semana que ha finalizado. Y con éxito. La valoración del gobierno ha caído en picado. Sin embargo, sí se analiza lo publicado, casi  todo es ruido, humo. Y confusión. Y mentiras, que ahora se llaman ‘fake news’. Y complejo de inferioridad. España debía de haber actuado como China, como Corea, como Alemania, como Suecia, como Dinamarca, como Chequia, como Austria, como Australia, como Turquía, cualquiera lo hace mejor que el gobierno de España.
Qué si no había material para  los heroicos sanitarios; qué si los test fallan, qué si algunas empresas – en algún digital se ha escrito que la empresa que ha engañado al gobierno es catalana, lo que coincide con el origen del ministro de sanidad –, que si no hay respiradores y cosas así. Olvidan las desinversiones brutales que en los últimos años se aplicaron a la sanidad pública en beneficio de la privada. El abandono de inversiones en trabajos sanitarios preventivos y de epidemias colectivas. La prevención no  luce en campañas electorales. ¿Alguien pudo calcular  la virulencia  de esta pandemia? Los ‘adivinos a posteriori’ podrían  definir cómo será la siguiente para habilitar medidas y recursos. Pero, ¿y si la próxima catástrofe fuera climática y no sanitaria?  La humanidad ya tiene experiencias de los ciclos guerra-pandemia-catástrofes climáticas –hambrunas- guerras,  y vuelta a empezar.
 La propuesta de un gobierno de concentración  la esbozó el PP. Quién  la ha formalizado en estos días ha sido Vox. No se olvide, de ultraderecha. Ha propuesto un gobierno de concentración, estilo Armada, que ya circulaba por las redes. Un gobierno fuerte que aplique medidas  fuertes. Algo así como el último gobierno de la República de Weimar. Después, llegó Hitler.  
El PP, a su vez, ha mantenido el hilo. En su versión alucinada, Sánchez quiere cambiar el sistema político. Discurso que se venía apuntando últimamente y que ahora  coge fuerza. Quiere implantar un modelo chavista en España por influencia del aliado Podemos. Lo ha expresado con claridad la señora Cuca Gamarra en la comparecencia del  ministro de Sanidad, el día 2 de abril: «Este es un país de libre mercado, que tiene libertad de empresa y eso, antes y después de esta crisis, tiene que estar garantizado». A lo que el ministro  respondió: «El gobierno no quiere cambiar la economía, quiere salvar vidas y actuamos en el marco de la Constitución».