La estación de autobuses, casa improvisada para los sintecho

J. Monroy
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El Ayuntamiento ha adecuado las instalaciones para que las personas sin hogar de la ciudad pasen estos días de frío. Policía Local se ocupa de ellos, con la ayuda de Caritas, promotora de la idea, y Cruz Roja

La estación de autobuses, casa improvisada para los sintecho - Foto: David Pérez

La estación de autobuses de Toledo es la nueva casa para los sintecho en la ciudad durante esta ola de frío. El pasado 5 de enero el Ayuntamiento puso en marcha el Recurso para Personas sin Hogar, que consiste en abrirles la estación de autobuses, para que puedan pasar allí esta ola de frío, y al tiempo proporcionarles alimentos, un saco y una esterilla para resguardarse del frío. Desde ese momento, apuntan fuentes municipales, ha habido varios usuarios que han venido utilizando la estación de forma alternativa.

Todo esto está siendo posible gracias al esfuerzo de los agentes de la Policía Local, que han ofrecido la estación a todos los sintecho que tienen localizados en Toledo, y al tiempo está atendiendo sus necesidades y les proporciona alimentos en colaboración con Caritas, Cruz Roja y bares de la zona.

Fue Caritas quien avisó al Ayuntamiento antes del frío de que había personas en la calle para las que el frío podría ser fatal y le pidió una solución.

Hay que tener en cuenta que el Albergue de Caritas en el Casco ya estaba saturado a causa de la pandemia, dado que los usuarios dejaron de ir de paso, y se quedaron hasta que se solucione la situación. Eso había llenado prácticamente el centro, explica la coordinador del área de Personas sin Hogar de Caritas, Virginia Rodríguez. Ahora, con la ola de frío, también se han ocupado las pocas plazas que quedaban libres. De ahí su aviso al Consistorio.

En Toledo hay seis o siete personas, explica Rodríguez, a las que les cuesta mucho ir al centro, más allá de acudir a ducharse, al médico y comer. Son los que más le preocupaban y por las que Caritas pidió el auxilio municipal. También ha comenzado el trabajo en pueblos, con personas a las que se les está tratando de dar cobijo donde se puede.

A nivel regional, Cruz Roja está colaborando donde los ayuntamientos se lo han pedido. En Albacete y Ciudad Real ya tiene en marcha un plan invernal con voluntarios, que reparten ropa, así como comida y bebida caliente, hasta convencerlos de que participen en otros programas o planes de empleo. Ahora en varias localidades también están colaborando con los consistorios para llevar a estar personas a un refugio.

El presidente de Cruz Roja, Jesús Esteban, ha solicitado por videoconferencia a la consejera de Bienestar Social, Aurelia Sánchez, y le ha pedido que hable con los ayuntamientos para que no quede ni una sola persona en Castilla-La Mancha que duerma en la calle estas noches. «Porque medios para evitarlo hay, otra cosa es que quieran ir, este no es un tema económico, hay que convencerlos para que vayan a algún sitio y no es tan fácil», apunta Esteban.

Todavía en la calle. Restan dos personas todavía en la calle en Toledo, según los datos de Caritas. Una de ellas es Miguel, el toledano que vive en el río y que se niega a acudir a la estación si no es con sus perros. También teme que si se mueve de su hogar, se lo quiten. Miguel está, apuntan sus amigos, muy deprimido porque tras la odisea de subir a Padilla, con varias caídas, para acudir a su cita con los trabajadores sociales, no había nadie. No le habían avisado de que el centro cerraba. Afortunadamente, la tienda aguanta y sus amigos habían dejado a Miguel tanto alimentos, como una estufa de leña, que puede alimentar con los árboles caídos. Se calienta con ella y haciendo ejercicio. Está bien, como sus perros, a pesar de que uno de ellos quedó atrapado por la caída de una rama.