El Baloncesto Talavera amplía su maldición como visitante

Saúl Martínez (ADG)
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El equipo de Ricardo Ùriz perdió en la pista de un Clavijo que demostró su buen momento (70-62)

El Baloncesto Talavera amplía su maldición como visitante - Foto: Antonio A. Torres

Rioverde Clavijo: Berni García (2), Juan Coffi (4), Ukawuba (16), Gonzalo Iglesias (18), Javier Nicolau (10) -cinco inicial- Miguel de Pablo (12), Arbosa, Diakhate (3) y Sainsbury (5).

Baloncesto Talavera: Cooper (7), Aarón Ganal (6), Castillo (6), Martínez (9), Andrejevic (11) -cinco inicial- Peris (12), Astilleros (6), Mcray (3), Bottenberg (2)

Árbitros: López Lecuona (Comité vasco) y Romero Matute (Comité aragonés). Eliminado por faltas Juan Coffi, del Clavijo (min. 40).

Parciales: 11-15, 21-16 (32-31), 23-12 (55-43) y 15-19 (70-62)

Palacio de los Deportes de La Rioja. 850 espectadores.

Nueva derrota del Baloncesto Talavera, que sigue sin ganar como visitante, en su desplazamiento a Logroño para medirse a un Rioverde Clavijo que desgranó las razones de su excelente comienzo liguero. El plantel riojano construyó su quinta victoria gracias a la desconexión talaverana en un tercer cuarto para olvidar.

Los dos quintetos titulares demostraron su nerviosismo en un inicio en el que confundieron la velocidad con las prisas. La mala selección de tiro por parte de ambos bandos fue la consecuencia del exceso de revoluciones con el que saltaron a la pista. Los muchachos de Ricardo Úriz encontraron en la pintura su particular oasis a través del buen hacer de Andrejevic. El interior serbio demostró dureza en defensa y buenos fundamentos en ataque para dar las primeras ventajas a sus compañeros dentro de un escenario muy trabado (6-9, min. 5).

El parcial 2-10 endosado por la formación talaverana encendió las alarmas en un banquillo que acudió al tiempo muerto para reordenar las ideas de sus efectivos antes del segundo cuarto. Sin duda lo consiguió Jenaro Díaz, quien fue capaz de diseñar un sistema defensivo con el que desdibujó a un Talavera que comenzó a sentirse incómodo. El cuadro cerámico necesitó echar mano del talento y atrevimiento desde el perímetro de Aaron Ganal y Josep Peris para seguir mandando en el tanteador hasta que un triple de Gonzalo Iglesias permitió al Clavijo recuperar la iniciativa después de 12 minutos de batalla (32-29, min. 18). Una reacción que se hizo extensiva hasta el inicio de la segunda mitad.

El regreso de los vestuarios puso de manifiesto la solidez riojana con un Gonzalo Iglesias desatado a la hora de atacar el aro contrario. El jugador uruguayo demostró su versatilidad y jerarquía en todas las facetas del juego a la hora de liderar una revuelta local que llevó a sus compañeros a la máxima ventaja en el tanteador (43-36, min. 25). Un colchón que los hombres de Jenaro Díaz manejaron mediante una defensa en zona muy activa sobre las líneas de pase y la circulación en la pintura.

Del resto se encargó el triángulo dibujado por Nicolau, Iglesias y Ukawuba hasta casi convertir el último cuarto en minutos de la basura (55-43, min 30). La distancia de 12 puntos se convirtió en una barrera insalvable para un equipo que peleó siempre pero no encontró continuidad en su mejor versión desde el regreso de los vestuarios. Cooper y Peris tocaron a rebato para apelar a la heroica. Con presión en toda la cancha ordenada por Ricardo Úriz, un parcial 4-13 paralizó a un Clavijo que cantó victoria antes de tiempo (59-56, min. 36). Sin embargo, Miguel de Pablo se encargó de sofocar la revuelta con un triple desde 8 metros que recargó la confianza de sus compañeros. Desde ahí hasta el final, solo la influencia en el juego de Andrejevic y alguna acción aislada de Cooper fueron los únicos argumentos con los que inquietar a un Rioverde Clavijo que celebró su quinta victoria liguera. Nada que ver con la situación a la que se ve abocado el Baloncesto Talavera, con un balance negativo de dos triunfos y cuatro derrotas que invita a reflexionar para escapar de la zona caliente.