Décimo toro de San Esteban en Mocejón

Dominguín
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La asociación taurina Toro de San Esteban lleva celebrando 10 años consecutivos la suelta de un toro desde el cajón directamente a la plaza. 'Camargués' ha sido el toro elegido pone ahora el listón muy alto en presentación pues pasó de los 600 kilos

Décimo toro de San Esteban en Mocejón - Foto: Dominguín

La Sagra rezuma toro en la calle, llega el mes de septiembre y todos los días hay encierros, sueltas o cualquier festejo donde los aficionados pueden disfrutar del rey de la comarca. En Mocejón han estado estas fiestas de celebración, pues la asociación taurina de San Esteban, ha festejado su décimo toro de cajón.

Fueron pioneros en la provincia, y es la suelta en esta modalidad más antigua en Toledo. Luego han venido otras localidades que lo hacen de forma más vistosa y atraen a más público, pero los pioneros son los mocejoneros que continúan hoy en día con esta tradición.

El toro elegido para la celebración era de la ganadería francesa de Hubert Yonet, de nombre ‘Camargués’, herrado con el número 19 en el costado. A la hora de introducir el astado en el cajón de suelta, debido a su temperamento y fuerza, rompió como si nada parte de la puerta. La lastima fue que el animal de destrozó en parte los astifinos pitones.

La entrada en el coso portátil fue muy vistosa, llena hasta la bandera la plaza, un poney y un mulo, arrastraron el cajón por el ruedo, dando una vuelta al anillo. Una vez colocado el cajón en la posición correcta, foto de familia de los miembros de la asociación para inmortalizar el momento, antes de la suelta.

Cuatro mozos, precavidos, se subieron al cajón para poner la divisa en el morrillo al toro y abrir de una y rápidamente la puerta de guillotina que tenía a ‘Camargués’ encerrado.  Al tiempo que subían la madera, el toro los ayudó con los pitones, saliendo como una exhalación al ruedo. La pena fue que no se fijó en los dos jóvenes que lo esperaban en el centro de la plaza. Varios valientes pudieron recortar a escasos centímetros de las astas, siendo ovacionados por el jubiloso público. Tras varios minutos de disfrute, el toro salió al recorrido urbano de tierra y allí demostró de nuevo su poder.

El toro de Yonet, se estima que pesara más de 600 kilos, lo que le da una fuerza espectacular, sobre todo cuando levantó con el cuello, como si nada la pirámide de manera puesta en la calle. La gente que se apostaba en los barrotes, veía con respeto al toro, que volvió de nuevo a la plaza para dar por finalizada esta efeméride que esperemos la celebren muchos años más.

El día 7 se soltaron otros dos toros del cajón de la ganadería de Mollalta, en una mañana festiva con calor y una plaza de toros repleta de amantes del toro en la calle. El primero que pisó la arena, fue un toro negro, más cuajado de los cuartos delanteros, que dejó a los jóvenes recortadores disfrutar. Luego un colorado también con gran trapío, fue soltado en la plaza.