Sobre las ocho de la mañana saltaban las alarmas en el Alcázar. La causa fueron las llamas originadas en la última planta del Museo del Ejército, previsiblemente por un fallo eléctrico en dos contadores, quizás en la refrigeración, que han ocasionado una abundante humareda visible por las ventanas que dan a la cuesta de los Capuchinos.
El siniestro controlado a las 9,28 horas de la mañana, ocasionó el desalojo de los trabajadores del museo y la biblioteca, en un acto rápido, pero con desasosiego por la falta de información durante los pocos minutos que han estado esperando en la calle hasta la llegada de los bomberos.
Evacuadas las instalaciones, se cerraron las puertas cortafuego para evitar que lleguase el incendio a afectar a las piezas en depósito en el Museo, así como a los libros de la Biblioteca . "Nuestros fondos están protegidos por estas puertas cortafuego, pero habrá que esperar, porque todo puede cambiar en un minuto", aseguraba la directora de la biblioteca, María Dolores Cristóbal.
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La rápida intervención de los bomberos del Ayuntamiento evitó daños mayores. Una vez extinguido el incendio, que ha afectado a varias galerías y salas de museo, se está procediendo a ventilar la zona para comprobar los desperfectos, aunque todo parece indicar que se ha quedado en un susto, ya que las vitrinas de las salas afectadas no han quedado dañadas por el humo,