Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


Constitución inamovible

07/12/2022

La celebración oficial en el Congreso del Día de la Constitución en su cuadragésimo cuarto aniversario contó con relevantes ausencias. Unas habituales la de los partidos nacionalistas e independentistas y otra, que también comienza a serlo, la de Vox, que revelan el escaso aprecio que tienen por la norma fundamental. Mientras los primeros consideran que la Constitución constriñe sus derechos nacionales e imposibilita el ejercicio del derecho de autodeterminación, los segundos, que dicen defenderla, no hacen sino enmendarla siempre que pueden en asuntos esenciales como la estructura territorial, el reconocimiento de los idiomas cooficiales, o desprecian el cumplimiento de los Estatutos de autonomía que forman parte del bloque constitucional.

Si se tiene en cuenta la última encuesta válida, la de las elecciones del 10-N de 2019, Vox sumó el 15,21% de los votos, mientras que el resto de ausentes en la conmemoración –ERC, JxC, PNV, EH Bildu, CUP y BNG- suman entre todos el 10'33% de la representación en el Congreso. A la espera de la siguiente encuesta, de la que se prevé que pueda surgir un gobierno de coalición entre el PP y Vox, no sería impensable que los nuevos problemas para la Carta Magna provengan de las relaciones entre ambos si el partido de ultraderecha se empeña, por ejemplo, en una recentralización de competencias de las que disfrutan las autonomías.

A aquellos que critican la Constitución hay que sumar el 12,97% que obtuvo Unidas Podemos, el partido que desde la izquierda ha declarado que quiere acabar con "el régimen del 78" con la apuesta por el cambio de modelo de Estado -República- y el reconocimiento de la plurinacionalidad de España y del derecho de autodeterminación de los pueblos.

A la espera de lo que pueda suceder tras las elecciones dentro de un año, las críticas hacia el PSOE se dirigen hacia lo que pueda pasar si vuelve a gobernar una coalición de izquierdas dado que para algunos –José María Aznar- España se encuentra ya en un "nuevo proceso constituyente", en el que se pondrían en cuestión los aspectos esenciales que unen a la mayoría de los españoles, la Monarquía y la unidad e indivisibilidad de España, con Pedro Sánchez como felón capaz de traspasar esas líneas rojas. Y, sin embargo, Sánchez no dudo en apoyar la aplicación del artículo 155 de la Constitución para parar el golpe sedicioso de los independentistas catalanes y ha evitado todos los intentos de investigar al rey emérito y ha elogiado la actuación del rey actual, Felipe VI en todos los momentos que se le han presentado.   

Dada la crispación y la polarización política que se vive, hablar de una posible reforma de la Constitución es un empeño melancólico y sin embargo a nadie se le escapa que su reforma es necesaria porque España ha cambiado mucho en los últimos cuarenta y cuatro años y ya hay estatutos autonómicos que recogen derechos que no figuran en la Carta Magna. Por supuesto, tendría que contribuir a resolver algunos de los aspectos que quedaron sin terminar por el momento en que fue redactada. Y volviendo a la política con minúsculas, y las acusaciones mutuas de no respetar la Constitución que se lanzan PSOE y PP, por el momento no se han producido acciones deconstituyentes –ni atisbos de ruptura de España o de República- por parte de los primeros, y si incumplimientos –bloqueo a la renovación del CGPJ- por parte de los segundos.