Son pocos los residentes en esta zona cercana al Valle de Toledo, pero son suficientes para decir basta. Desde hace varios meses vienen reclamando soluciones a los daños que ocasionó la DANA de septiembre de 2021. Al estar situado el vecindario junto al arroyo de la Cabeza, los afectados denuncian que tras llenarse de cañas y restos de árboles con este fenómeno meteorológico que resultó tan dañino para la ciudad, se rompió el colector encargado de mover sus aguas residuales, y que lo hizo por tres puntos diferentes. Estos serían a ambos lados de la calzada por donde pasa el arroyo, junto al Hotel Los Cigarrales, y un tercero junto a las viviendas de la Pontezuela, por detrás del hospedaje mencionado.

Más de medio año después de la DANA, la problemática continúa y parece agravarse con la llegada del verano. Un vecino que no quiso revelar su nombre especificó que entre todos los problemas que surgieron hay uno notorio, que es la obstaculización del caudal del arroyo por un tronco de grandes dimensiones «que hace que el agua se estanque y no fluya como debiera, generando malos olores y atrayendo mosquitos que luego se cuelan por las ventanas de nuestras casas», afirma. Lo que se desconoce es si esas aguas residuales que se han vertido al arroyo acaban llegando hasta el Tajo, lo que sería un ejemplo de dejadez que contamina aún más el río a su paso por la ciudad.

Estos vecinos trasladan que ya se reunieron con el Ayuntamiento hace «cuatro meses o más», concretamente con la responsable de Transición Ecológica, es decir, Noelia de la Cruz. Tras dicho encuentro, ella se comprometió a tomar medidas, lo que parece que no se ha cumplido del todo, según indican los vecinos. Estos reconocen que hace poco menos de un mes un conjunto de operarios municipales se pusieron a trabajar en la zona, pero «lo único que han hecho es retirar las cañas y cortar algunas hierbas». Es más, añaden que les dijeron que retiraran el tronco que estancaba el agua y «su respuesta fue que no podían».