Los alérgicos tendrán una primavera leve

Europa Press
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Los alérgicos tendrán una primavera leve - Foto: CLÁNICA LA LUZ

En España, 8 millones de ciudadanos son alérgicos, de los cuales el 80 por ciento tienen alergia a las gramíneas, una familia de plantas que son la principal causa de la aparición de las alergias primaverales, el 60 por ciento al olivo, el 50 por ciento a las plantas arizónicas y el 40 por ciento al plátano de sombra. Según el presidente del Comité de Alergología de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), Ángel Moral, en los últimos diez años se ha duplicado el porcentaje de alérgicos a los pólenes más alergénicos.

El invierno seco que se ha vivido este año reducirá notablemente los niveles de polen en primavera en comparación a años anteriores, por lo que las personas alérgicas no sufrirán unos meses muy complicados, según apunta el doctor Julio Canabal Sanmartín, alergólogo del HM La Esperanza de Santiago de Compostela. "Un invierno así supone menos carga de polen en el ambiente y, por tanto, menos síntomas alérgicos y más leves, aunque habrá que esperar a ver cómo avanza esta estación, sobre todo en cuanto a los niveles de contaminación", explica. El doctor puntualiza que este clima seco y cálido de las últimas semanas, y que se prevé en las siguientes, "incrementa" la contaminación, especialmente por las partículas diésel. "Esto favorece la alerginidad del polen y los síntomas de las personas sensibles al mismo", indica. 

 

Las consecuencias de la contaminación

La causa de estos incrementos se puede explicar por el efecto de la contaminación y el cambio climático, según el doctor. Moral, al igual que Canabal Sanmartín, argumenta que la emisión de partículas contaminantes procedentes de las calefacciones y de los motores diésel altera la estructura del polen, haciendo que genere proteínas de estrés como mecanismo de defensa y aumentando su capacidad de inducir una respuesta alérgica en personas susceptibles. 

Estas proteínas de estrés incrementan la agresividad del polen en las ciudades y en poblaciones que viven cerca de autopistas, en comparación con los pólenes de zonas rurales sin contaminación. Por este motivo, en las ciudades se producen más casos de alergia a pesar de que la concentración de pólenes sea menor que en el campo. 

"Los altos niveles de contaminación de las ciudades favorecen el fenómeno de inversión térmica que impide a los pólenes abandonar la atmósfera e incrementa el tiempo de exposición a ellos", comenta el experto. También recuerda que el cambio climático está alterando los ciclos de polinización de las plantas, adelantando el inicio y retrasando el final de su periodo de floración, con lo que se amplía la duración del periodo de polinización y, por tanto, se aumenta la exposición de la población a los pólenes.

 

¿Cómo minimizar el impacto?

Los expertos recuerdan que las principales pautas para minimizar el impacto de las alergias pasan por "evitar realizar actividad al aire libre y no secar la ropa fuera en días secos y ventosos, conducir con las ventanillas cerradas y utilizar filtros en los coches, mantener las ventanas del domicilio el mayor tiempo posible cerradas y utilizar gafas de sol y filtros nasales". 

Al respecto de los tratamientos, recuerdan que lo único efectivo para reducir los síntomas es la vacunación. "Hay que acudir al alergólogo, el especialista en diagnosticar las enfermedades alérgicas, para instaurar un tratamiento integral basado en la inmunoterapia, que es lo único que puede revertir completamente la enfermedad", subraya el presidente de la SEAIC, Antonio Valero.