Guadalupe recibe a Álvaro con los brazos abiertos

Leticia G. Colao
-

El santuario de la Virgen de Guadalupe y el arzobispo de Toledo, monseñor Francisco Cerro, dieron la más calurosa bienvenida al joven Álvaro tras seis etapas y unos 120 kilómetros andados.

Guadalupe recibe a Álvaro con los brazos abiertos

El joven Álvaro, su padre Ildefonso y su padrino Carlos llegaron ayer a Guadalupe después de seis jornadas de Camino Real desde Talavera, donde desde la Basílica les despidió la Virgen del Prado. Allí iniciaron el pasado miércoles un trayecto donde no han dejado de estar acompañados y recibidos en todos los municipios que han atravesado con la mejor de las voluntades.    

Ayer era la última etapa. Al final, el Santuario de la Virgen de Guadalupe y el recibimiento del Arzobispo de Toledo, Monseñor Francisco Cerro, quien les recibió junto al provicario, Raúl Muelas, en la entradad del templo poco antes de la Misa del  Peregrino, a las 12 de la mañana. Antes que el arzobispo, fueron el alcalde de Guadalupe, Felipe Sánchez, un colegio de «niños especiales como Álvaro y casi toda la localidad la que ha salido a recibirnos y aplaudirnos», explicaba Ildefonso a este diario poco después de la Eucaristía. Junto a ellos, vecinos de todos los pueblos que han atravesado estos días, que incluso han fletado autobuses para acompañarles en su llegada ante la Virgen.

El joven Álvaro, natural de Málaga, nació hace 15 años con una discapacidad intelectual a causa del síndrome de syngap, pero cuenta con «otras altísimas capacidades», como subraya su padre, quien explica que su hijo les ha enseñado, por ejemplo, «que no hay nada imposible y que Dios siempre va por delante».

Guadalupe recibe a Álvaro con los brazos abiertos Guadalupe recibe a Álvaro con los brazos abiertos Y así lo han demostrado tras andar durante 120 kilómetros, soportando no solo las dificultades del  camino sino la lluvia de los últimos días, lo que no ha evitado que lleguen al templo extremeño con la mejor de las sonrisas y la más grande esperanza. Con ellos, no solo el cariño de los compañeros de peregrinación que han ido haciendo durante todo el recorrido, sino las libretas portadas por el joven donde han recogido las peticiones de numerosas personas y que, siguiendo lo prometido, han dejado a los pies de la Virgen.

La experiencia, muy satisfactoria a nivel personal y espiritual para Álvaro y sus acompañantes, ha supuesto otro obstáculo superado para el joven, que ya sabe que con esfuerzo se pueden conseguir grandes metas.