Fernando Díez Moreno

Política y Humanismo

Fernando Díez Moreno


El hombre imagen de Dios (3)

23/02/2020

El humanismo cristiano es el único, entre todas las clases de humanismos, que defiende la trascendencia de la persona, esto es, como se lee en el Génesis: «Y creó Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó, y los creó varón y mujer».
Pero ¿qué significa ser imagen de Dios? En un primero momento se entendió como idea de dominio: el hombre dominaba a los demás seres creados y colaboraba con Dios en el desarrollo del mundo. Después predominó el sentido sobrenatural: Cristo es imagen de Dios y el hombre ve en Él a su Creador. En nuestros días la imagen se entiende como dignidad: el hombre es digno porque ha sido creado por Dios. Entonces la pregunta es ¿y que es la dignidad?
La gran mayoría de las Constituciones de los Estados modernos proclaman la dignidad del hombre. También nuestra Constitución de 1978, cuyo artículo 10 señala que «la dignidad de la persona…es fundamento del orden político y de la paz social». Pero ninguno de estos textos aclara que sea la dignidad. Así puede ser la razón (Cicerón);  la esperanza de una vida en el más allá (Inocencio III); el alma inmortal (B. Fazio); la esperanza (Petrarca); la felicidad (G. Manetti); la libertad (Pico de la Mirandola); la capacidad de elección moral (Kant); entre otras muchas opiniones.
Para el humanismo cristiano, el hombre es digno porque tiene libertad, de la que se derivan sus derechos naturales (ahora llamados derechos humanos). La libertad tiene tres perspectivas: la de negar a Dios, que ha creado al hombre digno; la de emprender y mejorar el mundo (libertad exterior); y la de hacerse a sí mismo sobre la base del esfuerzo y el sacrificio (libertad interior).
Por su parte, los derechos humanos están enumerados en Declaración Universal de 1948. La Carta de los Derechos de la Unión Europea reconocida por el Tratado de Lisboa de 2007 reconoce como integrantes de la dignidad, el derecho a la vida; a la integridad personal; la prohibición de torturas; de la esclavitud, del trabajo forzado y de la trata de blancas. Hasta 49 derechos, pero ninguna obligación.
En nuestros días, la dignidad se reconoce a colectivos minoritarios, a las naciones o a las religiones. Surgen así las políticas del resentimiento, en grupos raciales, de emigrantes, feminismo radical, ecologistas, minorías LGTB, etc.
Si se trata de naciones, Putin reclama el reconocimiento de Rusia como una potencia hegemónica; China habla de ‘100 años de humillación’; Trump dice que ‘América first’; el Brexit en el Reino Unido, o Cataluña respecto de España, son claros ejemplos.
Y en el ámbito de las Religiones, el gran problema del Islam es creer que Occidente no reconoce los valores, las creencias y la dignidad de quienes la practican.
La imagen de Dios en el hombre no es mera teología. De que se crea en ella o no dependerán las posiciones que se tomen en temas como el aborto, la libertad de enseñanza, la eutanasia, la dignidad de los ciudadanos, o de quien son los hijos.