El Ayuntamiento de Santa Ana de Pusa difundió ayer la ordenanza de ayudas para el fomento de la natalidad recién aprobada. Se trata de una decisión relevante porque el municipio jareño, como tantos en esa comarca, ha perdido el 35 por ciento de la población en una década. De esta manera, ofrece 300 euros a la familia por cada nacimiento o adopción.

Santa Ana de Pusa sumaba a 1 de enero de 2021 346 empadronados. Una década antes, en 2011, los registrados alcanzaban los 532. Las 22 localidades jareñas, con 14.185 habitantes, están catalogadas por la Junta como como zona de extrema despoblación en el decreto sobre la clasificación de las zonas rurales. La Jara representa el 11 por ciento de las localidades de la provincia, pero solo suman el 2 por ciento de los habitantes.

«Es un pueblo con gente mayor. No hay juventud», lamentaba ayer en palabras a este diario el alcalde, Serafín Diego. El colegio fue cerrado durante el gobierno de María Dolores Cospedal. «A raíz de ahí, cada vez a menos», apunta. Incluso los intentos de reabrir el centro han resultado estériles.

La norma regula que los beneficiarios serán los progenitores, ya sean casados, parejas de hecho o familias monoparentales que tengan hijos. Asimismo, también percibirán el dinero los adoptantes de niños. En este sentido, aclara que los beneficiarios se limitarán a los padres que hayan tenido los hijos en el ejercicio correspondiente a la convocatoria y presenten la solicitud ese mismo año. Solo se admitirán solicitudes en el año siguiente al nacimiento si sucedió en el último trimestre del ejercicio.

Los beneficiarios deberán acreditados residencia en la localidad jareña un año antes de la fecha de nacimiento o resolución de adopción. Si los progenitores no constituyen una pareja de hecho, percibirán la subvención al 50 por ciento si están empadronados.