Seis temporadas en el club, las cuatro últimas consecutivas. Pero no ha podido vivir los últimos partidos del CD Toledo en el campo por una lesión. Jokin Esparza lamenta este descenso y reconoce que le duele mucho «después de todo lo que se ha luchado por volver a esta categoría». Insisten en que, aunque estuviera en parte asumido, «hasta que no llega no te das cuenta lo que es».
En su caso, ha tenido ahora que recibir las preguntas de muchos aficionados que hace menos de un año le estaban dando las gracias por marcar el gol que valió por un nuevo ascenso. «La gente no puede estar tantos años viendo subir y bajar a su equipo porque es un sufrimiento constante, aunque son cosas del fútbol», admite el navarro.
Desde su punto de vista, el resultado deportivo responde a un cúmulo de decisiones que no se han tomado bien. Solo quiere valorar lo meramente deportivo, y en concreto lo que concierne a la plantilla, y piensa que la rémora de la primera vuelta «te hace ir con el agua al cuello». Por un lado, considera que les ha faltado esa tranquilidad necesaria, pero, por otro, achaca el descenso a «la falta de gol». Está convencido de que, de haber tenido más incisión de cara a portería, ahora mismo estarían salvados o todavía con opciones de conseguirlo.
A eso añade la mala suerte que tuvieron los conjuntos de Castilla-La Mancha con quedar enmarcados en el Grupo 5, donde «se ha demostrado que había auténticos equipazos, con jugadores muy buenos». Y eso sobre todo se ha plasmado en el césped en encuentro como el del domingo pasado. «Hemos dominado a muchos rivales, pero ellos llegan dos veces y te hacen una», concluye el extremo pamplonica.
Esparza termina contrato esta temporada con el CD Toledo, después de cuatro consecutivas vistiendo de verde, desde su regreso, ya en Tercera, en el verano de 2018. No sabe lo que sucederá, sobre todo porque se avecinan cambios en el plano institucional y deportivo, pero es verdad que no le duelen prendas en reconoce que quiere seguir: «Me dolería despedirme de este club lesionado y no como a mí me gustaría». Y es que recuerda su apego al equipo verde, «al que he dedicado más años profesionales de mi carrera como futbolista; es mi segunda piel». De ahí que su deseo sea no marcharse.