«Las mujeres de la nobleza española desempeñaron una labor muy importante para la preservación de sus linajes y la gestión de su patrimonio. No solo recibieron una educación que les permitía leer y escribir, sino también administrar, litigar o comprar bienes. Además, como pertenecían a los estados señoriales tenían la capacidad de administrar vasallajes, convocar a guerra... Su papel era muy importante al convertirse en viudas, ya que sobre ellas recaía la responsabilidad de sostener el linaje hasta que los hijos alcanzaban la edad suficiente como para asumir estas responsabilidades».

Arancha Lafuente, directora del Archivo de la Nobleza, inauguró ayer la exposición Mujer, nobleza y poder, formada por casi medio centenar de documentos que subrayan la importancia de figuras como la princesa de Éboli, la duquesa de Osuna -María Josefa Pimentel, «para la que trabajaron Boccherini y Haydn, Goya y Esteve, y cuyos encargos y recibos conservamos»- o doña Juana Pimentel, viuda del condestable Álvaro de Luna, «responsable de la finalización de la capilla de los Luna, en la catedral de Toledo».

La exposición, fruto de la colaboración colectiva de los técnicos del Archivo, entre ellos el historiador y profesor Miguel Fernando Gómez Vozmediano, no solamente está formada por documentos procedentes de sus fondos más señeros y emblemáticos, como pudiera ser el de la casa de Frías, sino también por materiales de más reciente incorporación, como el archivo de los marqueses de Perales del Río o de Santa Cruz. El más antiguo data de 1306 -un pleito entre mujeres en Pals (Gerona)- y el más moderno de 1925, al cumplirse un año de la apertura de un hospital en Barcelona con motivo de la Guerra de África.

Según la directora del Archivo de la Nobleza, que asegura haber notado últimamente un incremento de las investigaciones de género realizadas a partir de fondos nobiliarios, «no se puede entender a Íñigo López de Mendoza, el primer marqués de Santillana, sin el papel de su madre, Leonor de la Vega, ni el de su abuela, Mencía de Ayala. Lo mismo sucede con la casa de Gandía. Si no hubiera sido por María Enríquez de Luna, viuda del primer duque, el linaje no habría llegado a tener el poder y el prestigio que acumuló después».

La exposición, que ayer fue inaugurada por la secretaria de Estado de Igualdad, Soledad Murillo, y por el subdirector de Archivos Estatales, Severiano Hernández, permanecerá instalada hasta el próximo 15 de junio, entre las 10,00 y las 18,00 horas, salvo los domingos por la tarde. La visita será gratuita (no así al resto del Hospital de San Juan Bautista de Tavera, donde tiene su museo la Fundación Medinaceli).