El patrimonio de Toledo siempre guarda una sorpresa más en su repertorio. Ha habido que restaurar y adecentar el Torreón del Puente Alcántara para descubrir que el rastrillo que cortaba el acceso, y que permanecía encastrado en la ranura del arco, es aún el original. Los expertos pensaban que se trataba de un elemento fabricado posteriormente en el siglo XVIII o XIX, pero tras analizarlo con rayo carbono 14 se dieron cuenta de que pertenece a inicios del siglo XIII, coincidiendo con los comienzos de esta construcción en 1214.

Los detalles del hallazgo los ofreció Gabriel Morate, de la fundación Montemadrid, entidad colaboradora en los trabajos de restauración. Él bautizó el rastrillo como «uno de los más antiguos, no solo de España, sino de Europa». A los expertos les llamó la atención que este se conservara 800 años después debido a que «la madera es un material fácilmente degradable y el hierro se utilizaba para fundirlo», dijo sorprendido. Debe ser la magia de Toledo. Este descubrimiento sirvió para reconstruir el sistema de izado de la puerta, un atractivo seguro para las futuras visitas guiadas. 

Morate destacó que no solo se restauró este elemento, sino que se ha adecentado todo el interior del Torreón y se ha recuperado la autenticidad de sus piezas. Todas estas acciones fueron desarrolladas por nueve jóvenes inscritos en el Plan de Empleo municipal, que han llevado a cabo estas labores durante 11 meses de trabajo. María, como alumna de esta escuela de empleo, aseguró que «ha sido un proyecto duro, pero gratificante, en el que ha habido momentos complicados en los que pensaban dejarlo todo». Finalmente, María se mostró orgullosa por haberlo conseguido, incluso, «de una forma decente», bromeó. La alcaldesa, Milagros Tolón, también presumió de estos alumnos, ya que «les servirá de proyección al mercado laboral».