El Cautivo vuelve a unas calles repletas

Jaime Galán
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La imagen del Lunes Santo vuelve a procesionar pese a la amenaza de lluvia. La vuelta tras la pandemia reunió más público que en otras ocasiones

Amenazó con llover, pero la fuerza del Cautivo y sus más de 750 hermanos resistieron al tono grisáceo del cielo. Al menos hasta las 22:40 horas, cuando cayó un leve chispeo de gotas que no impidió la marcha, tan solo la aceleró. Con una de las hermandades más grandes de la Semana Santa toledana de vuelta por las calles se notó que el público local llevaba más de dos años sin disfrutar de su recorrido. Por las diferentes vías que cruza esta cofradía con amplia representación del Polígono se encontró gente y más gente, desde su salida por la Puerta Llana de la Catedral hasta su llegada a la plaza de Zocodover.

Sin duda alguna, uno de los momentos más emotivos se dio cuando las caras del Nazareno Cautivo y el Cristo de la Vega se volvieron a enfrentar. Un año más, a la salida de esta imagen del Lunes Santo, el Cristo del brazo caído le esperaba en la plaza del Ayuntamiento, propiciando uno de los encuentros más esperados de la semana. Durante el cara a cara, la plaza del Ayuntamiento levantó el ánimo de los propios hermanos con un Padre Nuestro coral que ponía la piel de gallina. Allí, frente a frente, los hermanos celebraron lo que la pandemia les había arrebatado. Están de vuelta. Tras esta cita, el Nazareno siguió su curso y el Cristo de la Vega se adentró en la Catedral.

Calle arriba el Cautivo continuó por Hombre de Palo y la calle Comercio hasta la plaza de Zocodover, otro punto donde los toledanos y turistas se agolpaban para ver al Cristo vestido de blanco. Algunos de los hermanos palparon el frío suelo de la ciudad con sus pies descalzos mientras sonaban los instrumentos de la Unión Musical Benquerencia.

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Los más de 750 cofrades y 36 costaleros entraron de nuevo por la Puerta Llana antes de las 23:00 horas. Un recorrido exprés que bien mereció la pena. Por volver a salir. Por volver a disfrutar.

El Cautivo vuelve a unas calles repletas
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