«Cuanto menos impuesto haya para empresas más trabajo habrá»

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La Federación Empresarial Toledana celebra su fiesta anual con la entrega de sus XXV galardones. El presidente de la patronal provincial hace un repaso a la situación general en la que se desenvuelven en estos tiempos de crisis cruzadas

Ángel Nicolás. - Foto: David Pérez

Atravesamos buenos o malos tiempos para ser empresario?

Malos, sin duda. España lleva muchos años siendo un país no bueno para los empresarios.

¿Por qué causas?

Hay exceso regulatorio y encima no se piensa en las empresas cuando se legisla: ponen trabas administrativas, obligan a pagar mucho incluso antes de empezar a generar ni un euro de beneficio… No es un país pensado para favorecer la implantación de empresas, para que una persona monte un negocio, el que sea. No es fácil porque antes tienes que disponer de un capital importante, endeudarte… Nada favorece crear una empresa, cuesta más que en cualquier otro país.

¿En ese contexto ganan más sentido los Galardones de Fedeto?

Y por eso lo hacemos. Aparte que hay una imagen que queremos reivindicar; en este país los empresarios y los políticos están muy mal vistos. No sé quién gana en el ranking. Es verdad que hay gente buena y mala en todos los aspectos de la vida, en todos los sectores y en cualquier actividad, pero otra cosa distinta es que siempre se trate de demonizar al empresario como el malo de la película. Hay empresarios malos, por supuesto, como hay trabajadores malos; pero ese concepto social de la empresa maltratadora y que abusa de su gente no se corresponde con la realidad.

¿No cree que esa imagen es más de medios de comunicación que la que realmente existe entre los trabajadores?

Lo que creo es que no es la imagen real. Desde luego no lo es en las empresas que conozco hasta sus tripas y sé como funcionan y piensan sus empresarios. Una idea que se repite sistemáticamente año tras año en todos los premiados por Fedeto es su agradecimiento hacia los trabajadores, siempre. Todos saben que sin trabajadores no hay empresa, que por encima de las máquinas, los locales, etc., el capital más importante es el ser humano.

La queja puede ser que eso no siempre se convierte en peculio.

Tal y como está configurados en este país la tributación, la cotización y todo lo que nos rodea, desgraciadamente deja muy poco margen a la empresa para que quien verdaderamente se lleve la recompensa del esfuerzo sean los trabajadores.

¿Cuáles son esos corsés?

Las palancas que podrían ser útiles a las pymes para ajustar su economía, ser competitivas y no tener que cerrar: la tributación estatal, autonómica y local y las cotizaciones sociales que son intocables; los costes de energía, en especial la eléctrica, que ya vemos cómo se disparan; hay escasez de materias primas… Al final, a la hora de echar cuentas, solo queda la parte más débil, que son los trabajadores. Esto debe repensarse de forma estructural para que el trabajador quede fuera de esos ajustes y se puedan utilizar otras vías con el fin de que la empresa siga dentro del mercado.

¿Hacia dónde optarían ustedes?

Las mejoras para el trabajador no pueden perjudicar la viabilidad de la empresa y viceversa. Hacia ahí tenemos que dirigirnos. ¿Por productividad?, ¿por eficiencia?… No lo sé. Es una fórmula que tenemos que hablar y acordar con los sindicatos.

¿Sería posible un acuerdo?

En esta región el diálogo social está perdiendo valor, lo decía Paco de la Rosa (CCOO), porque se repite mucho, parece que no cuesta, que viene por inercia y no es cierto. Detrás de la foto cuando nos reunimos a firmar hay un montón de horas de trabajo de técnicos de UGT, de CCOO y de Cecam, Fedeto, etc. Las organizaciones asumimos sin contraprestación ese coste para lograr una paz social que luego se pone en valor a la hora de vender la región. Quien venga sabe las pocas horas que se pierden aquí a causa de enfrentamientos sociales entre trabajadores y empresas.

¿Por qué en Castilla-La Mancha se ponen de acuerdo y a nivel estatal no?

Tiene mucho que ver con las personas. Aunque hablamos de organizaciones, el carácter y la impronta de quienes están detrás marca muchísimo la capacidad de llegar a un acuerdo. Si eres un peleón que está en contra de todo al final es muy difícil llegar a un punto de encuentro contigo. ¿Qué hacemos las organizaciones? Procurar tener al frente a personas que sean capaces de dialogar, de ponerse en el papel del otro, de tener empatía, etcétera, porque eso facilita mucho las cosas.

Pero no es definitivo.

Los agentes sociales tenemos motivos más que suficientes para estar de pataleta con el Gobierno, sin embargo eso lo vamos sorteando, como un buque cuando atraviesa las olas, para abrir espacio y centrarnos en lo importante. Nosotros a lo nuestro, de unos y de otros, por que ahí sí estamos de acuerdo: procurar que Castilla-La Mancha sea una región con trabajo digno, con salarios dignos, etc. Pero claro, yo tengo que preservar la parte de empresa para que siga siendo viable y ellos tienen que ocuparse de la parte de los trabajadores.

Que es dónde cobra valor la negociación.

En eso estamos, no es fácil, partimos de posiciones muy distintas pero creo que el trabajador está entendiendo que si la empresa va mal se acaba su empleo para siempre y asumen pasar una temporada un poco apretada si se trata de que la empresa pueda sobrevivir. Por otro lado el empresario entiende que sin ese trabajador no puede cumplir los objetivos.

¿En época de Presupuestos Generales del Estado temen que cuadrar las cuentas caiga otra vez sobre la espalda de los empresarios?

Tal cual. Estamos en decidir si el concepto es el estado del bienestar o el bienestar del Estado. Unos piensan que hay que apretar a la empresa hasta que no pueda más y otros entendemos que cuanto menos se la estruje más se expande, más trabajo genera y mejores salarios podrá pagar. Al final los dineros están en las manos del Estado y él lo distribuye, que se puede estar de acuerdo o no, pero todo debe tener un límite. Una persona no puede estar trabajando cada año seis meses para pagar impuestos. Creo que eso es un error.

Y para abundar más vuelve la amenaza de cobrar peajes en las autovías.

Cuando la tributación es justa y equilibrada, adelante porque gracias a eso tenemos sanidad, colegios, infraestructuras… Pero tener que pagar por usar una autovía que ya hemos sufragado con nuestros impuestos sería confiscatorio. Este Gobierno quiere tener nuestro dinero porque dice que lo controla mejor que cada uno de forma particular. Son conceptos de la economía que no tienen nada que ver con el mundo de la empresa.

Vemos en Reino Unido desabastecimiento de tiendas, falta de camioneros… ¿En España corremos esos riesgos?

Seguramente. En algunos sectores como el automóvil los concesionarios están desabastecidos, hay lista de espera. En el transporte nos dicen que faltan cien mil conductores en España.

¿Dónde está el fallo?

En el sistema educativo estamos formado licenciados que sabemos que van a ir al paro porque no hay trabajo para ellos cuando hay un montón de sectores demandando profesionales y no los encuentran: camioneros, electricistas, fontaneros, forjadores, alicatadores, torneros… No los hay, hemos despreciado esa parte de la formación que otros países cuidan.

Sin embargo de la FP adecuada al mercado laboral se lleva hablando décadas.

Hay quien piensa que la Formación Profesional en España es el deshecho de tienta… ¿Es que estamos locos? Es una formación que hace falta. En este país aparte de ingenieros, arquitectos o abogados hacen falta los trabajos intermedios que son lo que lo sostienen, y no tenemos. Es verdad que hay mucha gente en el paro pero hay que mirar que nivel de formación. Yo no puedo contratar a cualquiera para hacer un trabajo determinado, debe tener unos conocimientos específicos.

Ahora hemos empezado a correr con los certificados  de profesionalidad, la formación dual, etc., pero de esto venimos hablando las organizaciones empresariales desde hace treinta años. Los hemos dicho hasta en la Universidad: la FP es algo muy necesario, tanto como tener médicos. Hemos despreciado una formación que otros países cuidan y les ha hecho ser muy eficientes.

Otra vertiente es el reciclaje de empresas ya consolidadas.

Esa es la formación continua para la que el empresario paga una cuota y el trabajador una pequeña parte. Por cierto, hubo un año que los dos mil millones que podía  haber en ese fondo se fueron a políticas activas de empleo cuando no tienen nada que ver lo uno con lo otro.

A la hora de impartir esa formación ¿hay tirantez con los sindicatos?

Igual que en prevención de riesgos laborales costó mucho el acuerdo y al final lo hicimos juntos, en formación continua nunca hemos tenido confrontación; ellos hacen sus cursos y nosotros los nuestros.

En general, ¿cómo son las relaciones de las empresas con los ayuntamientos?

Tenemos los dos extremos y vuelve a ser una cuestión de personas, no depende del tamaño del municipio ni de la ubicación. Hay alcaldes, muchos, que han entendido que parte de la riqueza de su pueblo depende de tener empresas que generen empleo, y hagan un producto que les identifique como población, y se pelean  con las otras administraciones para tener su plan parcial, aprobar suelo industrial, redactar normas para el crecimiento industrial, etc. Hay otros que no lo ven o les da igual.

Al margen del comercio, ¿como empresas les interesa más concentrarse en polígonos o prefieren ir cada uno a su aire?

Hay lobos solitarios que refieren tener su espacio alejado, es una minoría, pero generalmente interesa estar concentrados porque el suelo está ordenado y se genera muchas sinergias, por ejemplo para obtener negocio asociado a otros vecinos de ese mismo polígono. Es fácil ver naves de 50.000 metros rodeadas de muchas de 250 que están colaborando para proveer a esa gran empresa desde esa cercanía.

¿Cómo valora los polígonos de Illescas, Talavera y Toledo?

Illescas ha tenido la inmensa suerte de tener al frente un promotor, Plataforma Central Iberum, que, con la ayuda indispensable del Ayuntamiento, tuvo un encuentro con el gurú de la logística mundial que le dijo por dónde iban a ir las cosas y no se equivocó. Empezó a promover aquello con mucho sufrimiento, poca ayuda y poco préstamo, y solo hay que ir para ver lo que ha conseguido: ha hecho un parque periurbano diseñado con ayuda de estudiantes de botánica de la Universidad alrededor de la zona industrial donde hay naves de 80.000 y de 100.000 metros cuadrados, llenas de maquinaria produciendo, y mucha logística porque está en un sitio privilegiado.

¿Talavera?

Es la otra cara de la moneda pero tiene una ubicación que, sí o sí, hay que aprovechar y que se llama Portugal y todo el corredor del Atlántico al Mediterráneo. Talavera está sin explotar, no sé por qué. Nosotros hicimos un estudio con 250 medidas para revitalizar la economía y lo que necesita son inversiones millonarias.

¿De quién?

Del Gobierno regional, del de la nación... de quien sea. El tren a Talavera es una vergüenza; cuando no se para sale un vagón ardiendo; o hay goteras si llueve, si hace calor no funciona el aire, si hace frío te congelas… Un desastre. Se ha perdido la feria del ganado que era espectacular, su comercio ha quedado difuminado… Pasan los años y no se hace nada. Los empresarios estamos permanentemente reivindicando la ciudad de Talavera pero nadie nos hace caso.

El Gobierno de España tiene los recursos y debería invertir menos en otros sitios donde ya no hace falta y centrar su atención aquí. O, ¿qué pasa?, ¿que esto no le ayuda a aprobar los presupuestos? ¿Hay que declararse independentistas para que llegue dinero a Talavera y toda la zona oeste de la provincia de Toledo? Es incompresible el abandono.

¿Y Toledo?

Es un Polígono que está antiguo y no corresponde con los cánones de las nuevas zonas industriales o parques empresariales, cuesta encontrar los sitios, no hay un directorio claro… Necesita una reestructuración de muchísimos millones que el Ayuntamiento no tiene, así de claro.

¿Para contrarrestar los efectos del Covid han tenido ayuda?

La que se ha podido dar sí, la que realmente necesitábamos no. Ha sido insuficiente frente a un parón de la economía y a negocios cuya actividad ha sido cerrada por orden gubernativa.  Se ha tenido que recurrir a las ayudas para que esa gente no estuviera pasando frío y con la nevera vacía, así de crudo ha sido. En esos casos no se trataba de dar una subvención sino de una compensación indemnizatoria.

Parece razonable cuando en servicios públicos como el transporte municipal se han compensado las pérdidas desde el Estado.

Que afortunados son... Con las empresas privadas ha sido un desastre.

¿Y la Comunidad?

En proporción, el esfuerzo que ha hecho el Gobierno de Castilla-La Mancha ha sido superior al que hayan hecho otras regiones y, aunque haya sido insuficiente, los empresarios lo hemos agradecido porque ha permitido sobrevivir a muchas. Además en esto nos han apoyado los sindicatos.

Por lo menos los ERTE ha sido una buena idea aplicarlo.

Y se ha hecho bien hasta el punto que hemos hecho un reconocimiento a los funcionarios. Vino a paliar muchas desgracias que se podían haber producido.

El virus no acaba de irse. ¿Cuál es el peligro?

El presidente García-Page ha dicho que no contempla restricciones ni cierres, pero también depende  de nuestra responsabilidad individual como ciudadanos. Este año en los Galardones de Fedeto hemos cambiado el formato, en lugar de cena y baile se hace comida y cuando acabe cada uno para su casa.

¿Qué mensaje envía a los empresarios en activo y a los que están pensado en montar un negocio?

A los que ya están en ello, precaución, mucha precaución, porque los tiempos están complicados y estamos viendo que nos incrementan la tributación al tiempo que la actividad está decreciendo… También podemos vender el mensaje en positivo, pero mi obligación es advertir que el Covid no ha pasado, que estamos en inflación y que conviene hacer hucha por si las cosas vienen mal. No es que desanime a invertir, pero quien lo haga con cuidado.

¿Y a los futuros empresarios?

Que se formen, que se informen y lo que vayan a hacer sea con mucha cabeza; que analicen los recursos que disponen y los que necesitan; que se marquen un objetivo concreto y que estudien con quién tienen que contar, con qué proveedores, a qué clientes se van a dirigir…  Que tengan todo esto en una planificación escrita, clara y flexible para ir ajustando a medida que pasan los días. Y organizaciones como Fedeto les podemos ayudar.