Parecía escrito que lo que ocurriera en 2016 marcaría el conjunto de la pasada legislatura en el Ayuntamiento de Toledo. En los meses de la segunda parte de ese año caducaban cuatro de las grandes concesiones municipales: basura y limpieza viaria, autobuses, ORA y limpieza de edificios públicos y colegios. Grandes por la cuantía económica y por la importancia de los servicios prestados al marcar el funcionamiento diario de cualquier municipio. Unos 200 millones de euros.

El equipo de Gobierno de Milagros Tolón consiguió adjudicar, aunque con retraso, casi todos los  contratos de los grandes servicios municipales, aunque se quedó con la espinita de uno de los más importantes y polémicos: el de basura.

Propició algunos dolores de cabeza a la alcaldesa, toda vez que el resto de partidos políticos, así como de asociaciones, se aliaron para reclamar la eliminación del ‘bolseo’, por fallido, algo a lo que la regidora municipal se negó, siempre abogando por la «mejora» del servicio y no por la eliminación del mismo.

Preguntada sobre este asunto, la socialista aseguró ayer que la licitación del contrato de basura arrancará previsiblemente tras el verano. «El pliego saldrá en tres o cuatro meses», aseguró Tolón, indicando que contemplará «la sostenibilidad y el reciclaje en el Casco histórico». La palabra ‘bolseo’ no salió por ningún lado.

La alcaldesa incidió en que el contrato de basura data de 2006, correspondiendo al PP, a quien atribuyó las «deficiencias» en el mismo.