«Nuestras raíces se encuentran en esta tierra, llevamos aquí 700 años»

P. Pérez
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Xandra Falcó nació en Madrid, aunque sus raíces, como ella misma confiesa, están en la comarca y en la finca que su padre, el Marqués de Griñón, y su familia poseen desde el siglo XIII en Malpica de Tajo.

Xandra Falcó en la finca Casas de Vacas, en el municipio de Malpica de Tajo, donde produce su aceite. - Foto: Peña

La vinculación de esta experta en marketing por las universidades de Madrid, Oxford y París con la comarca va más allá de su historia familiar. Su linaje lleva enraizado en esta tierra desde el año 1292, y sus recuerdos de niñez están intrínsecamente relacionados con la finca que su padre, el Marqués de Griñón, posee en la localidad de Malpica de Tajo. Su afán por las cosas bien hechas y su compromiso con la calidad en todos los aspectos profesionales hicieron que, desde hace diez años, cuando decidió incorporarse a la empresa familiar, haya cosechado grandes éxitos y responsabilidades. Directora General de Pagos de Familia Marqués de Griñón, en 2003 lanza al mercado el Aceite de Oliva Virgen Extra Marqués de Griñón. En el año 2007 recibe el Premio a la Mujer Empresaria de Castilla-La Mancha; es miembro del Consejo Asesor de la Universidad regional, vicepresidenta de Real Conservera Española, y miembro de la Real Academia de Gastronomía. A todo ello, hay que sumar su pasión por esta tierra y su apuesta decidida por su futuro.La finca Casa de Vacas, en el corazón de los Montes de Toledo, ¿qué supone en su vida?Es parte de la historia de mi familia y parte indispensable en mi vida, porque es donde he crecido y he pasado los momentos más felices. Vivo esta tierra muy intensamente. Me encanta viajar, y uno de los mayores orgullos para mí es visitar a países como Estados Unidos o Japón y ver productos que hemos hecho aquí, en Malpica, y comprobar que nos aprecian; la verdad es que es un privilegio y lo que me da mayor alegría.Mujer de mundo que elige el campo. Ha vivido en Estados Unidos y se ha formado en las mejores universidades. ¿Qué le aporta la gente de esta comarca que trabaja en su almazara?Somos una empresa familiar, pequeña, y tenemos un trato muy personal. Hay mucha gente que lleva más años que yo trabajando con mi padre y conozco a muchos desde pequeña. En esta comarca tenemos gente muy trabajadora, preparada y con ganas de aprender; y es la base del éxito en cualquier proyecto. Nosotros nos basamos mucho en el producto, pero también en las personas por cuyas manos pasa. Por ejemplo, tengo especial aprecio a esas mujeres que vienen a la vendimia y la recogida, que después de una intensa jornada, hacen una fiesta y cantan; es un trabajo duro y ver su pasión por él es un orgullo y una lección.En 2013 su aceite ha sido nombrado el mejor del mundo. Y se hace aquí. En este producto se aúna la tradición y la internacionalización. ¿Es tan bueno como nos dicen?Sin duda. Creo que lo que hay que hacer es cuidar los procesos y valorar lo que tenemos. Esos árboles centenarios y el clima increíble y único, probablemente el mejor clima en España para hacer aceite de calidad. Todo esto hay que ponerlo en valor y cuidar cada proceso, creer en nosotros mismos porque los demás lo van a apreciar.Están en plena construcción de una nueva almazara que empezará a funcionar en noviembre.Sí, estamos en plena obra y se terminará para la campaña que viene. Nuestra intención es producir un gran aceite con el que tengamos la buena suerte de este año, donde hemos recogido varios premios internacionales y que han hecho que la demanda haya sido mucho mayor. La verdad es que Oleum Artis ha roto stocks.Siguen apostando por la comarca.Por supuesto, nuestras raíces están en esta tierra, llevamos aquí 700 años y ya están muy profundas, de aquí no nos mueve nadie.Trabajo, materia prima, calidad y un resultado diez. ¿Qué más queda?Pues una de las cosas que llevamos con más orgullo es beber de una tradición centenaria para buscar la excelencia y hacer productos únicos, diferentes, que aprecien no sólo en esta tierra, sino también en mercados internacionales. Esta tierra tiene potencial para producir calidad y hay que apostar por ella. No todo es bueno, hay que trabajarlo. Pero creo que estamos en el camino, con ese bagaje de historia y tradición y los avances tecnológicos. El esfuerzo es la base, siempre hay que ponerlo.