Sinopsis oficial
En la sabana africana ha nacido el futuro rey. Simba idolatra a su padre, el rey Mufasa, y se toma muy en serio su propio destino real. Pero en el reino no todos celebran la llegada del nuevo cachorro. Scar, el hermano de Mufasa y antiguo heredero al trono, tiene sus propios planes. La batalla por Pride Rock está asolada por la traición, la tragedia y el drama, y termina con el exilio de Simba. Con la ayuda de un curioso par de nuevos amigos, Simba tendrá que aprender a madurar y a recuperar lo que le pertenece por derecho.
La crítica -
Por Juana Samanes
Nueva propuesta de acción real de los estudios Disney de uno de sus clásicos animados, ésta bastante especial porque realmente no cuenta con personajes de carne y hueso, como otras películas anteriores, sino que cambia la animación en 2D (la tradicional) por una digital utilizando técnicas pioneras que ofrecen una imagen hiperrealista Veincinco años después del estreno de El rey león, Jon Favreau, el mismo director que convenció con la traslación a acción real de El libro de la selva, ha sido el encargado de esta nueva versión.
El cachorro de león Simba, que admiraba y quería a su padre Mufasa, un magnífico y justo rey, decide exiliarse cuando se cree responsable de la muerte de su progenitor. Pero todo ha sido obra de un plan perverso llevado a cabo por Scar, el siniestro hermano de Mufasa y antiguo heredero al trono, que en su mandato se rodeará de las hienas, los animales más crueles. Simba sólo será capaz de recuperar su posición cuando se sienta maduro para afrontar su destino.
De nuevo un respeto hacia las leyes de la naturaleza (el ciclo de la vida), un enaltecimiento de la verdadera amistad y una reflexión sobre la responsabilidad que implican los actos de cada uno, aquí traducido en los retos que Simba debe asumir por ser hijo de rey, están explícitos en su contenido.
Posiblemente muchos espectadores que disfrutaron con la película animada de los años 90 y, posteriormente, hayan contemplado el excelente musical teatral, se hagan la pregunta de si merece la pena acudir a las salas de cine para ver esta nueva adaptación. Nuestra recomendación sería que sí porque, aunque argumentalmente no depara muchos cambios, cuenta con una animación magistral. Aquí los estudios Disney han recreado con una impresionante verosimilitud visual a los animales de la selva, y han trasladado con exactitud sus movimientos en pantalla. Más aún, la banda sonora de Hans Zimmer y las canciones de Elton John parecen, incluso, mejor integradas a la trama y hay temas nuevos. El único hándicap que encontramos es cuál es su público ideal porque el cambio de la animación clásica a la digital se traduce en una película más oscura, más violenta, más dramática, y con menos humor, lo que no la hace adecuada para menores de 7 años, porque puede darles miedo, a pesar de que tienen hueco en su desarrollo esos divertidos amigos de Simba: Timon y Pumba, y su peculiar filosofía de “Hakuna matata” (Vive y sé feliz)