Sinopsis oficial
Adrien es un hombre de 35 años que está sumido en una crisis de mediana edad. Una noche, se ve atrapado en una incómoda e interminable cena familiar en la que descubre que su novia quiere romper con él. Justo cuando piensa que las cosas no le podrían ir peor, su futuro cuñado le pide por sorpresa que preparare un discurso para su boda.
La crítica -
Por Juana Samanes
Desde hace unos años, los actores que han aprendido el arte de la interpretación en la Comédie-Français nos asombran por su versatilidad, su actuación corporal, la gracia y el talento en la exposición de sus diálogos. Algo que sucede con Benjamin Lavernhe en El Brindis, que ofrece un trabajo de antología, desde el momento que toda la película reposa en él, y donde, además, consigue hacernos reír a carcajadas.
Adrien está sumido en una crisis existencial desde que su novia le ha pedido "un descanso" en su relación. Han pasado más de treinta días desde esa fatídica jornada y se ve atrapado en una incómoda e interminable cena familiar en la que da vueltas a si será posible una segunda oportunidad. Justo cuando piensa que las cosas no le podrían ir peor, su futuro cuñado le pide por sorpresa que preparare un discurso para su boda. Una misión que, dada su actual situación, cree será suicida.
Adaptación del libro homónimo del célebre dibujante de cómics y autor francés Fabcaro, se trata de una comedia romántica narrada en primera persona, donde la palabra prima sobre la acción pero donde se suceden las escenas descacharrantes, bien protagonizadas por su metepatas protagonista o, simplemente, imaginadas por él, dentro de un montaje ligero y lleno de color que alegra hasta al más cenizo.
Con un ritmo lleno de brío y una puesta en escena que convence, el texto de Fabcaro hace un repaso amable a la vida de ese treinteañero inexpresivo, inmaduro como lo son ahora la mayoría, que busca su lugar en el mundo, que no tiene confianza ni con su familia, que ha tenido una vida amorosa llena de percances (inolvidable su "ligue" con la cooperante amante de África), pero del que nunca sabemos a qué oficio se dedica, salvo que se enamoró de su novia por su cultura, aunque él es un mal lector.
Para quien no le conozca el director Laurent Tirard es un cineasta especialista en comedias, en las que como en ésta extrae la mayor comicidad de las situaciones cotidianas.