El desbordamiento del arroyo Sangüesa engulle a Cebolla

J.M.
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El cuarto desbordamiento del arroyo Sangüesa en siete años anegó viviendas y garajes, arrastró a más de una decena de vehículos e inundó los accesos al municipio. Era el día grande de las fiestas

Los más de 3.000 vecinos de Cebolla saboreaban ayer las fiestas en honor de Nuestra Señora de la Antigua y seguramente departían también sobre el vídeo promocional recién estrenado con el que el Ayuntamiento buscaba abrillantar la Semana Santa con la designación de Interés Regional. Pero la localidad, noqueada hace unos años con el cierre de la empresa motora de la economía, besó la lona en el día grande de las fiestas. Una riada violentaba las casas, devoraba los puestos de los feriantes y conducía atropelladamente los coches por el centro del pueblo. La tormenta se desató a las tres de la tarde, en plena convocatoria de la Hermandad Virgen de la Antigua de encuentro de los vecinos. En la calle, atónitos, observaban el desfile de automóviles descontrolados por la ferocidad del caudal desbordado del arroyo Sangüesa. No era la primera vez, ni mucho menos, pero sí será la más inolvidable.

Los servicios de emergencias no tenían constancia de heridos ni desaparecidos. Pero la riada del 8 de septiembre ha dejado sobrecogidos a los vecinos. Sobre todo a los de una vía principal como la calle Real. O en la Travesía de Talavera. Allí, una decena de coches quedaron amontonados y desbaratados por el desbordamiento. «Es lo mismo de siempre», decía apenada una vecina que no podía entrar en su casa porque los vehículos habían taponado la puerta. Se refiere a que las inundaciones se han sucedido en los últimos años; hubo una en 2011, otra en 2015 y la última en julio de 2017. En medio, en mayo del año pasado, el Ayuntamiento y la Diputación anunciaron una colaboración para la mejora del cauce con fondos de los Planes Provinciales. Concretamente, la ampliación y la construcción de dos colectores laterales que recojan las aguas fluviales. Pero parece que no ha resultado suficiente.

Hacia las tres de la tarde, los vecinos observaron las primeras gotas de lluvia, una tormenta prevista porque Toledo figuraba entre las 31 provincias advertidas ayer con una alerta por fuertes precipitaciones. Y acertó la Agencia Estatal de Meteorología porque a las cuatro y media de la tarde Cebolla se había convertido en un lodazal. La plaza del Ayuntamiento quedó plenamente inundada, y la colindante Travesía de Talavera se llevó el gancho más fuerte. El agua superó el metro y medio de altura en algunas viviendas, tal y como señalaron a este diario agentes del despliegue de emergencias, que incluyó el envío por prevención de un helicóptero con servicio médico. Los vecinos indicaron que resultó anegado el consultorio médico y la farmacia del pueblo.

achicar agua. Los bomberos del Consorcio Provincial pertenecientes a los parques de Toledo y Belvís de la Jara descargaron los equipos en Cebolla para achicar agua, con la ayuda posterior de una motobomba cedida por el Ayuntamiento de La Puebla de Montalbán. Los equipos de Protección Civil de Cebolla, Fuensalida y El Casar de Escalona ayudaron a desenredar la maraña de vehículos vapuleados por la inundación. Llevaban seis a media tarde y quedaban otros ocho.