Las Lagunas de Villafranca recuperan su esplendor

J.Moreno
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Sorpresa entre los cheleros por las dimensiones de la lámina de agua, la mayor de la última década. El paraje de la Mancha toledana vivió entre 2019 y 2020 una situación crítica

Las Lagunas de Villafranca recuperan su esplendor

El ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, el chelero Félix Bolaños, se habrá sorprendido, como todos, con las dimensiones de agua de las Lagunas de Villafranca. Anduvo el alto cargo político recientemente en este rincón de la Mancha toledana y observó el nivel extraordinario. «Hará unos 12 años que no las veíamos así», apunta el alcalde, Julián Bolaños.

Los vecinos de Villafranca de los Caballeros utilizan los elementos permanentes del área de la laguna para calibrar el alcance de agua, sin una medición precisa. Pero la observación es suficiente para confirmar la devolución del esplendor este año. «Estamos muy contentos, pero no están pletóricas», reconoce el alcalde, siempre prudente. Además, la nieve acumulada en el recorrido del Gigüela hace prever reservas largas.

El caudal abundante del Gigüela, que nace los altos de Cabreja (Cuenca), abastece las Lagunas de Villafranca, incluida en la Red Natura 2000 y catalogada como Reserva de la Biosfera. Y reconocida igualmente como Refugio de Fauna, una figura administrativa que vela por la protección de las especies que habitan este paraje de La Mancha toledana.

Un síntoma de la abundancia de agua es la ausencia de flamencos, recurrentes en otras ocasiones por ser una especie que habita lugares con caudales bajos. «Cuanto más agua tenga, más vida. Se ven especies que uno no ve con poca agua», destaca el regidor.

Entre el año 2019 y 2020, el paraje resultaba desolador. «Se ha perdido buena parte de biodiversidad, lamentablemente. Es lo que más nos duele. Antes, llegada la época de cría en mayo, daba gusto ver al somormujo o al pato colorado. O a la garza imperial criando entre las espadañas o los carrizos. Y a una diversidad de passeriformes, como pechiazules, escribanos palustres o bigotudos», explicaba por entonces a este diario uno de los hosteleros del entorno.

La Laguna Grande de Villafranca de los Caballeros ofrece a los visitantes también la posibilidad de un chapuzón durante los meses de verano, aunque la profundidad sea limitada a dos o tres metros por las condiciones del terreno; muy probablemente, el baño será posible en los próximos meses. «Las lagunas son visitables en cualquier época del año», incide el alcalde.

La Laguna Grande está interconectada con la Laguna Chica, verdadero reservorio de la fauna del complejo lagunar localizado a dos kilómetros del núcleo urbano de Villafranca de los Caballeros. De manera artificial, están conectadas con el río Gigüela, del que recibe parte de su agua, completada con la proveniente de las precipitaciones durante el año.