Los taxistas piden «ayudas» para sostener un servicio «deficitario»

i. g. villota | TOLEDO
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Reclaman subvenciones municipales «como tienen los autobuses urbanos» para los taxis accesibles, que cuesta «más de 10.000 euros adaptar», y aseguran que hay varios taxistas interesados en adquirir estos vehículos

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Continúa la polémica sobre la falta de taxis adaptados (eurotaxis) en la ciudad de Toledo algunos fines de semana. Los profesionales del sector se sorprenden de que el concejal de Movilidad, Rafael Perezagua, anuncie sanciones contra ellos cuando «el problema es del Ayuntamiento». Añaden que la ordenanza municipal reguladora del servicio es «muy poco concreta» respecto a los horarios o los turnos pero defienden que «siempre hay taxis en la calle» porque la mayoría cuenta con «varios conductores» (padre e hijo, hermanos, personas contratadas) y porque «nosotros somos autónomos y trabajamos las horas que debemos y más».

Lo explica el presidente de la Asociación de Taxistas de Toledo, Miguel Ángel Ortega, quien cree que la solución pasa por que el Ayuntamiento «vuelva a subvencionar» los vehículos adaptados, es decir, que «ayude a sostener un servicio deficitario» que «no puede recaer sobre los taxistas, que trabajamos como cualquier persona para sacar adelante nuestras casas pero no somos una ONG», recalca.

Además, pide el mismo tratamiento municipal que el transporte urbano de la ciudad. «Si el Ayuntamiento subvenciona los autobuses porque son un servicio público, también debería hacerlo con los eurotaxis», sostiene.

Álvaro, uno de los tres profesionales del sector que tiene licencia de eurotaxis en la capital de Castilla-La Mancha, sede del Hospital Nacional de Parapléjicos, explica que hace unos años él y otro de sus compañeros recibieron subvención para poder financiar la adaptación del vehículo. «Cuesta más de 10.000 euros, a los que hay que sumar el precio del coche», remarca.

Pese a ello, explica, hay «unos o dos taxistas más que tienen que cambiar su coche y que han planteado la posibilidad de comprar un coche adaptado, pero como es lógico piden una subvención y no se la dan. El Ayuntamiento no quiere poner ni un duro», denuncia.

Además, sostiene el presidente local, «cuando concedió las últimas diez licencias en Toledo le propusimos que todas fueran para taxis adaptados y así tener vehículos suficientes para dar el mejor servicio pero se negaron por no poner dinero. Es una cuestión económica».

Aprecia que le corresponden al Consistorio o a «cualquier otra administración» pública otorgar esta ayuda a los profesionales porque «es la forma de que compren estos vehículos, ya que les complica y les cuesta dinero con una rentabilidad mínima».

 Pero cree que la solución pasa por contar con eurotaxis aunque insiste en que «los servicios se pagan por los clientes o se subvencionen por las administraciones, no pueden recaer sobre autónomos como somos nosotros».

Además, se queja de que «entre semana los pacientes de Parapléjicos se desplazan con los vehículos de una empresa privada y no tenemos ningún servicio», lamenta Ortega.

En cualquier caso, Álvaro reconoce la situación denunciada esta semana por la Plataforma del Hospital Nacional de Parapléjicos pero con matices. El colectivo explicó que varias personas tuvieron que ayudar el pasado domingo a montar en un taxi, en la estación de trenes del Paseo de la Rosa, a una mujer con lesión medular por la falta de vehículos adaptados operativos en esos momentos. Una situación, se quejaban, que se repite «casi todos los fines de semana».

Álvaro concretaba ayer que fue él quien trasladó a la paciente del Hospital hasta la estación de trenes y que como ella no le dijo nada pensó que no requeriría su servicio más tarde. Por eso, y porque había estado toda la noche anterior trabajando hasta la madrugada, concluyó su jornada laboral y se marchó a su casa, ubicada en Navahermosa. Cuando recibió la llamada de la mujer ya no estaba operativo. «Tampoco era lógico volver a Toledo para hacer un servicio de siete euros», sostiene.

Además, el presidente de la asociación de taxistas explica que «la demanda es mínima y nosotros prestamos el servicio pero no podemos trabajar 24 horas al día», apunta.