Análisis sobre la Inquisición y los judíos conversos

i. g. v. / l. t. / toledo
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La investigadora Mercedes García Arenal explicó las etapas de la persecución del Tribunal de Santo Oficio a los judaizantes

Análisis sobre la Inquisición y los judíos conversos - Foto: Víctor Ballesteros

La Real Fundación de Toledo acogió ayer un coloquio con la investigadora Mercedes García Arenal que permitió conocer las historias de los descendientes de judíos que se convirtieron al cristianismo y fueron acosados por el Tribunal del Santo Oficio, además de analizar las etapas de la persecución inquisitorial a los judaizantes.

El encuentro quedó enmarcado dentro del ciclo ‘Voces de los Conversos’, organizado por el Museo Sefardí y la Real Fundación dentro de su Laboratorio Multicultural ‘Francisco Márquez Villanueva’.

La invitada protagonista es investigadora del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Madrid y está considerada una de las máximas especialista españolas en la Inquisición.

El director del Sefardí, Santiago Palomero, recordó que Arenal es la autora de ‘Inquisición y Moriscos’ (1978), un libro pionero que abrió numerosas vías para conocer mejor la persecución de las minorías religiosas españolas a partir de los procesos iniciados por el Tribunal de Cuenca. No en vano, la investigación de la escritora se centra en los documentos encontrados en el Archivo Diocesano de la ciudad castellano-manchega.

Pero además, en el caso del Tribunal de Toledo, la autora ofreció la posibilidad al público asistente de poder escuchar las historias de quienes se resistieron a olvidar las tradiciones de sus antepasados judíos y fueron presos, interrogados y castigados con penas que podían ir desde salir en un auto de fe en Zocodover, a remar en galeras o ser quemado vivo.

Arenal destacó que la conversión religiosa fue uno de los «principales conflictos» culturales de la España moderna (del siglo XVI al XVIII) y explicó que la persecución judeoconversa comenzó «mucho antes» de la expulsión de los judíos de la Península Ibérica en 1492.

No en vano, desglosó las etapas de la batalla inquisitorial contra este colectivo, destacando que la primera fase, datada entre los años 1480 y 1520, fue muy «intensa» y estuvo caracterizada por el gran número de penas  tramitadas.

Posteriormente, llegó una época «más tranquila» para los judaizantes, ya que el Tribunal fijó su atención en perseguir a las corrientes reformadoras (protestantes, luteranos, alumbrados o moriscos), para recuperar «la intensidad contra los judíos convertidos a finales de siglo XVII.