En el plano personal, ¿cómo cree que le va a cambiar la vida?

De momento ya me ha cambiado, duermo menos, me despierto antes y a veces ya con cuestiones doméstico-municipales que a las cinco y media de la mañana son difíciles de solucionar. Lógicamente cambia en que todo el tiempo que pueda sacar, aún en detrimento del tiempo que le pueda dedicar a mi familia, a mis amigos y a mis aficiones, se lo voy a dedicar a Talavera.

Tiene que compaginarlo con la tarea de padre de dos hijas.

María tiene 22 años, Bego 19, están estudiando, con lo cual están compartiendo Talavera con la universidad en Madrid y procuramos vernos lo más posible, que a veces no es mucho.

Prácticamente le han conocido siempre estando en política.

Begoña nació el 18 de marzo del año 95, ese día me llamó por la mañana Florentino Carriches para que fuera concejal. En un primer momento le dije que no, pero su insistencia fue tal que al final le dije que sí. Osea, que el día que mi hija pequeña nació, nació Jaime Ramos para la política, es una cosa curiosa.

Ha cumplido hace poco 54 años, ¿está en la mejor edad?

(Risas) Creo que he tenido edades mejores, pero no me quejo de ésta.

Ha sido muy deportista, ¿qué mantiene de eso?

Ya las lesiones no me permiten correr, pero salgo a andar todos los días que puedo y tengo que buscar además un hueco para hacerlo, porque viene muy bien para el cuerpo, pero sobre todo viene muy bien para la cabeza. Lo que sí dejo de lado a partir de este momento son mis aficiones automovilísticas, porque ya no tengo ni tiempo ni es cuestión de arriesgarse demasiado. He tenido la oportunidad de hacer rallys de clásicos, de velocidad y de hacer una aventura preciosa este mes de marzo, 4.000 kilómetros por Marruecos, una experiencia personal y vital estupenda.