La marca de Toledo

I. P: Nova / Toledo
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Familiares, amigos y admiradores del poeta y periodista José García Nieto se reunieron ayer en la biblioteca regional para recordar su trabajo literario y su unión con la ciudad imperial.

Los poemas de José García Nieto están marcados por los pasos que el poeta dio por la ciudad en la que sólo vivió cuatro años. Desde el 1924 hasta el 1928, García Nieto deambuló por las adoquinadas calles de la ciudad imperial; una época que, según los ponentes que se reunieron ayer en una charla realizada en la biblioteca, marcó no sólo su vida, sino también su extensa y variada obra literaria. 
Juan José Fernández Delgado, Juan Sánchez, Joaquín Benito de Lucas, Mariano Calvo, Enrique Sánchez Lubián y Paloma García Nieto conformaron la mesa, de amigos y admiradores, que ayer pusieron el broche de oro a los actos conmemorativos del centenario del nacimiento del artista, que se celebraron durante el año 2013. «Además, justo la fecha de hoy coincide con el día en que murió mi padre», concreta Paloma García Nieto, hija del consagrado poeta y cronista. 
Durante el acto, celebrado el Alcázar, la mesa y los asistentes recordaron la figura de un poeta y escritor que estuvo ligado profundamente a la ciudad. Desde el centro del casco antiguo, concretamente la Calle Santa Fé, José García Nieto vivió su adolescencia; una época que, ayer, alguno de los ponentes consideraba esencial a la hora de elaborar y marcar unas pautas en la creación literaria. 
Paloma García Nieto, hija del homenajeado y presidenta de la fundación, explica que, a su parecer, éste era un acto maravilloso para clausurar las celebraciones del centenario. «En 2014 hemos promovido muchos actos, la fundación Gerardo Diego va a publicar un libro, se hará un primer premio de poesía convocado por la Comunidad de Madrid... Celebraciones que vemos oportuno se cierren en un lugar tan importante y simbólico para mi padre», explicó. 
«Es un poeta atemporal, su forma de escribir varió mucho en diferentes etapas. Comenzó muy sujeto a la forma pero tras la publicación de Memorias y Compromisos, su poesía se vuelve más profunda y se adentra en el verso libre. Llega a una poesía mucho más humana y comprometida», argumenta la hija del afamado escritor. La época que le tocó vivir a García Nieto fue uno de los alicientes que más marco esta variedad de versos. Con una guerra y postguerra sobre su espalda, el poeta se vio muy influenciado por el cambio. 
Una de las labores más importantes en la vida del escritor fue la de promotor de poetas, como recordaba su propia hija. «Durante los años de la postguerra él, gracia a las revistas que dirigió, publicó a muchísimos poetas, algunos de ellos consagrados y otros desconocidos. Apoyó muchísimo el resurgir de la poesía de una época  en la que estaba prácticamente muerta», se apena la directora de la fundación. Unos momentos que, ahora, parece que también se viven dentro del mundo de las letras, aunque Paloma García confía en que no sea así. «La poesía siempre ha sido algo más restringido a un grupo de gente, pero no creo que llegue a desaparecer nunca. Está en nuestra raíces y ahí estará siempre», confía. 
Sus huellas de rima, marcadas por la flamante ciudad, se dejaron también notar durante los años cincuenta y sesenta en los que el escritor y periodista visitaba Toledo para volver a sus raíces y conocer nuevos cafés, que también exploraba por Madrid como el Gijón. Su hija, que ayer se acercó hasta la biblioteca, es consciente de que han desaparecido del panorama cultural pero cree que nuevos centros, como la biblioteca regional, se pueden configurar como los próximos puntos de encuentro para literatos e interesados.
Corpus Christi y seis sonetos,  Facultad de volver y muchos más poemas, son las ‘migas de pan’ que García Nieto dejó en su camino por el mundo de las letras. Un paseo que, ayer, se cerró en un fortín de literatura que miraba a la que un día fue su casa.