Los fondos Kati buscan sitio en Toledo

M.G.
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El presidente de la Fundación, Ismael Diadié, retoma el contacto con la Junta y el Ayuntamiento para abrir lo antes posible un museo de arte africano que incluya parte de la Biblioteca Andalusí

Un parón temporal «por motivos de salud». Así lo ha contado en La Tribuna el presidente de la Fundación Fondo Kati, Ismael Diadié, que acaba de regresar a Toledo y esta vez espera que el proyecto de traer parte de su biblioteca a la ciudad encuentre definitivamente su sitio después de varios años de anuncios, de conversaciones con administraciones y de búsqueda de un emplazamiento idóneo para la apertura de un museo.

«Toledo es la columna vertebral de nuestra memoria», apuntó hace tres años este historiador y poeta, descendiente del juez musulmán Alí Ben Ziyad al Qutí, que abandonó la ciudad de Toledo en 1467 llevándose consigo más de 400 manuscritos que conformaban su biblioteca a Malí. Y Diadié continúa pensando lo mismo y ha vuelto con ganas para retomar las negociaciones con la Junta y el Ayuntamiento de Toledo, que se quedaron en suspenso de manera repentina hace un par de años por sus problemas de salud. «Porque no pude legar a la fundación la gestión de los fondos, tenía que ser yo», insiste.

Diadié ha aprovechado esta semana para reunirse con la concejala de Cultura, Nuria Cogolludo, y ha solicitado un encuentro con la Consejería de Educación y Cultura para avanzar con el proyecto, puesto que confía en que el próximo año pueda abrir sus puertas un museo y cumplir su sueño. «Llegar a Toledo y que mi proyecto  tenga raíces aquí con el apoyo de las administraciones y del Gobierno de Malí».

En principio, aún no se ha decidido la ubicación, aunque hace dos años las administraciones barajaron varias posibilidades para que los Fondos Kati se instalaran en el Centro Cultural San Marcos,  por la cercanía de este edificio al Archivo Municipal, como en su momento comentó el concejal de Cultura, Jesús Nicolás;en la Casa de las Cadenas o en la Mezquita de Tornerías, la posibilidad que cobró más peso a lo largo de 2016 tras los últimos contactos de la Junta.

El objetivo, según cuenta Diadié, es ofrecer «una casa-museo con un contenido expositivo, la posibilidad de realizar actividades ligadas con la restauración y la digitalización de documentos e incluir una muestra de arte africano». Si bien, la cesión de la documentación de los Fondos Kati exige también negociar con las administraciones, ya que la fundación acoge más de 12.000 manuscritos, pero el tamaño de esta biblioteca dependerá del espacio disponible en el emplazamiento que se elija.

Diadié ha aprovechado la presentación de su tercera obra con la editorial Almuzara, ‘Diario de un bibliotecario de Tombuctú’, que narra su historia familiar, la lucha por conservar su biblioteca, la guerra en Mali y su huida, para retomar un proyecto que estaba bastante avanzado hace dos años a pesar de que aún quedaban flecos relativos  a los costes económicos.

En aquellas fechas, el presidente de los Fondos Kati también anunció la puesta en marcha de una red de una veintena de municipios de España e Italia que guardan relación con la historia de esta biblioteca andalusí. En este caso, Sevilla y Granada, sin ir más lejos, ya disfrutan de parte de este legado y de actividades programadas en torno  a la historia de esta familia.

Si bien, la digitalización de esos más de 12.000 manuscritos que ha conservado Diadié son caros y precisa el apoyo de administraciones y de empresas privadas que ya respaldan un interesante proyecto que  habla de la historia de Al-Andalus, del sur de Francia, de los Imperios de Ghana, de Mali, entre otros, y de la familia Kati.

su biblioteca. Diadié se dio a conocer públicamente en Toledo hace poco más de cuatro años y enseguida entabló una buena relación con el Ayuntamiento de Toledo, que en el año 2014 concedió la Medalla de la Ciudad a los Fondos Kati, una manera de reconocer el pasado y las raíces toledanas de Diadié, que siempre habla «de reconciliación» cuando se refiere a este proyecto, ya que ha sufrido bastante en los últimos años con la invasión de un grupo islamista en Tombuctú, con lo que se descartó definitivamente la apertura de la biblioteca familiar allí. Si bien, si el proyecto cuaja en Toledo el poeta encontrará su sitio. «Será como cuando un hijo vuelve a los brazos de su madre».