La Guardia Civil ha detenido a dos personas en Talavera, identificadas por las iniciales R. V. C y M. C. C. C., que integraban una banda criminal formada por un total de nueve individuos -todos ellos familiares- y que estaba especializada en cometer robos en viviendas. Los arrestados, un hombre y una mujer de mediana edad, están acusados de asaltar un total de 26 domicilios en once localidades de la provincia de Toledo (la mayoría situadas dentro de la zona de influencia talaverana), así como en una residencia del municipio abulense de Arenas de San Pedro y en una casa de la población madrileña de El Escorial.
Según explicó ayer en rueda de prensa el subdelegado del Gobierno en la provincia, José Julián Gregorio, la operación puesta en marcha por el Equipo de Policía Judicial de la Benemérita en Talavera bajo el nombre de ‘Choripén’ continúa todavía abierta, ya que sobre los siete integrantes del clan familiar que aún no han sido detenidos pesa una orden de búsqueda y captura. Estas siete personas están en estos momentos en paradero desconocido, pero en el Instituto Armado confían en localizarlas muy pronto, tal y como precisó el teniente al mando de la compañía de la Guardia Civil en la ciudad, Javier Calle, quien acompañó a Gregorio en la comparecencia ante los medios junto al alcalde de Pepino, Inocencio Gil.
La investigación dio comienzo en octubre del año 2013 tras un robo con fuerza en una casa de La Pueblanueva. De allí los ladrones se llevaron 3.000 euros en metálico, electrodomésticos, herramientas y material audiovisual. Desde entonces y hasta principios de 2015 la banda criminal fue acumulando asaltos en Lominchar, Mejorada, Velada, Los Cerralbos, Montesclaros, Pepino, Domingo Pérez, Marrupe, San Román de los Montes, Cardiel de los Montes, Arenas de San Pedro y El Escorial. Este último robo tuvo lugar el pasado 10 de febrero y sirvió para que los investigadores estrecharan el cerco a los asaltantes.
Dispositivo de control. De esta forma, la Guardia Civil montó un dispositivo de control para detenerlos antes de que llegaran a Talavera, pero el vehículo en el que viajaban dos de los integrantes del grupo de ladrones arremetió contra los agentes y emprendió la huida adentrándose en las calles del barrio de Patrocinio. Una vez en esta barriada el conductor paró el coche y su acompañante, una mujer, escapó a pie, lanzando antes a la vía pública un maletín con un inhibidor de frecuencia que anula las alarmas. El conductor fue arrestado en ese momento y la mujer que huyó fue detenida al día siguiente, jornada en la que la Benemérita practicó tres registros en dos domicilios de Patrocinio y uno más en otra zona de Talavera.
Tras estos registros el Instituto Armado se incautó de 22.000 euros en metálico, 92 dólares norteamericanos, 50 yenes coreanos, material electrónico e informático, un inhibidor de frecuencia más y herramientas y ropas utilizadas para cometer los hechos delictivos. De igual forma, la Guardia Civil desmanteló un laboratorio de marihuana con 70 plantas.
José Julián Gregorio indicó que de los dos arrestado uno, el hombre, se encuentra ya en prisión. El subdelegado del Gobierno también quiso subrayar que la banda criminal actuaba de manera muy organizada, ya que antes de sus asaltos estudiaban muy bien el inmueble que iban a robar (localizados en su mayoría en el extrarradio de las poblaciones), analizaban las vías de escape, vigilaban los movimientos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, llegaban a utilizar hasta cinco vehículos diferentes en sus desplazamientos (algunos de ellos incluso rematriculados) y cambiaban cada mes de teléfono móvil, deshaciéndose de cada terminal una vez cometido el delito. Asimismo, los robos los preparaban previamente en las viviendas que los integrantes del grupo tienen en la zonas de Talavera y Torrijos.