La Justicia suspende de forma cautelar la obra de Taller del Moro

J. Monroy | TOLEDO
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El Juzgado de Primera Instancia Instrucción número 6 de Toledo comunica al Ministerio de Cultura que debe parar la obra de inmediato, hasta que no se desarrolle el juicio promovido por la denuncia de Francisco Rojas

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El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 6 de Toledo  ha suspendido cautelarmente las obras de reforma de Taller del Moro. Así se lo notificó el pasado 31 de julio a la Gerencia de Infraestructuras y Equipamientos del Ministerio de Cultura, dueño de la obra. El pasado miércoles, el delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, José Julián Gregorio anunció que la obra estaba en «stand by», para «hacer unos estudios porque según surgen las obras en estos palacios tan antiguos existen problemas añadidos que hay que estudiar para continua». Sin embargo, no dio noticia de esta orden judicial.

El magistrado-juez  ha decretado la suspensión cautelar de las obras, en tanto que tramita el juicio oral promovido por Francisco Rojas Gómez, vecino del histórico edificio. Rojas ha denunciado una construcción de nueva planta de 18 metros cúbicos en el patio del monumento, que a su juicio es ilegal, dado el nivel de protección de Taller del Moro. El juez apercibe al gerente de Infraestructuras del Ministerio de que si no suspende la obra de inmediato, lo procesará por desobediencia. No obstante, podrá preparar la obra para continuarla más adelante, así como realizar obras indispensables para conservar lo edificado. También le dio un plazo de cinco días para presentar una impugnación contra la orden judicial.

La denuncia. Como ya adelantó este diario, la denuncia, firmada por Francisco Rojas, evidencia que la construcción de la nueva planta que se está ejecutando (un cubo de más de tres metros de arista) podría ser ilegal al estar el Taller del Moro sujeto a un nivel de protección en el que «sólo se admiten las obras de restauración y conservación que persigan el mantenimiento y refuerzo de los elementos estructurales, así como las mejoras de las instalaciones del inmueble».

Ante la falta de explicaciones del arquitecto responsable de los trabajos, el fundador del Grupo Tolmo remitió un escrito al Ministerio de Cultura, para criticar una actuación -con una caseta, un salva escaleras y unos aseos -que «carece de la más mínima reflexión urbana y arquitectónica» y que, además, afecta «negativamente de forma objetiva a la contemplación del bien», aspecto que está protegido por la delimitación de entorno protegible.

La construcción cúbica está junto al muro medianero de la vivienda de Rojas, al que le sobrepasa un metro por encima. Se ubica frontalmente, rompiendo la secuencia de acceso y quitando protagonismo y vistas al portón de entrada. Además, explica Rojas, la instalación de dicha caseta «se ha cimentado con hormigón sobre restos aparecidos de muros romanos», ha propiciado «la tala de seis árboles (el más importante un ciprés centenario)» y ha «enterrado una fábrica romana para conducción de aguas, en línea con el citado muro medianero, donde apareció un basamento marmóreo».

Conocedor de los procedimientos administrativos, aclara Rojas que el concepto de instalaciones no es ambiguo, «ya que se refiere única y exclusivamente a aquellas unidades de obra que tienen por objeto el confort y la salubridad, la climatización, el abastecimiento de energía, el suministro de agua y su evacuación», lo que «no es el caso de esta obra».

Sobre la traza urbana medieval, recuerda el denunciante que el adarve de entrada al Taller del Moro fue en su día parte de una calle (denominada callejón de las vacas) que conectaba con el hoy nombrado como callejón del alarife. En este sentido, «la construcción de nueva planta ocupa parte de lo que en su día fue el trazado urbano medieval», asunto no desdeñable por la identidad única es el espacio público urbano en Toledo.