Juan Juárez Castaño ha tomado las riendas del CD Toledo. Y lo hizo desvelando algún detalle más sobre su llegada a la entidad verde, pero sobre todo dejando muy claro que las líneas de su trabajo no se van a entrecruzar con las deportistas, en manos de Jorge Berlanga. Será, por tanto, presidente ejecutivo tras su entrada en el accionariado aunque no quiso decir su participación, sólo que se ha repartido una parte de lo que ya tenían los mexicanos y que van a formar un grupo de trabajo en el que ya tienen las directrices bien marcadas.

El nuevo mandatario tiene 47 años, nació en Madrid, está casado y tiene dos hijos. Laboralmente participa en más de una decena de empresas, como él mismo reconoció. No fue demasiado claro a la hora de confesar qué o quién le llevó a entrar en el CD Toledo, pero sí reconoció que tiene casa, finca y explotaciones agrarias en la capital y que ha vivido muy de cerca la trayectoria del club en las últimas décadas.

De hecho, Juárez aseguró que de pequeño jugó al fútbol en varios municipios de La Sagra, como Yunclillos, Illescas, Villaluenga o Cabañas de la Sagra. Desde su punto de vista, el Toledo «tiene que estar en otra situación» y aseguró que viene «a contribuir a devolverlo a Segunda División B y luego soñar».

Trabajo e ilusión fueron sus palabras más usadas en el discurso y confía en que la entidad acabe siendo «de los toledanos, de los empresarios, de la Administración y de la ciudad». Parece que su gestión está muy encaminada a que las empresas toledanas se implique y también va a intentar ser el nexo de unión con las instituciones por la falta de arraigo de Jorge Berlanga y Gonzalo del Val.