Después de más de cuatro meses cerrado al tráfico por las obras de remodelación financiadas con cargo a los fondos europeos del Plan Urban, el entorno de la calle Corredera del Cristo y de la plaza del Reloj abrió ayer al tráfico para alegría de los muchos comerciantes de la zona, que en las últimas semanas han venido reclamando insistentemente que la circulación de vehículos vuelva a cubrir tan céntrico enclave.
La vuelta de los coches a las citadas vías no se produjo hasta última hora de la tarde y se efectuó de manera gradual como estaba previsto desde un primer momento, ya que en torno a las 18:30 horas se permitió el paso de vehículos procedentes de la calle Palenque en dirección a la calle Luis Jiménez, mientras que algo más tarde los turismos pudieron circular por el resto del trazado.
El hecho de que no hubiera una hora fijada para la apertura generó una cierta ansiedad entre algunos comerciantes, que desde el exterior de sus locales estaban muy pendientes del paso o no de vehículos a motor. Del mismo modo, la Policía Local también estuvo muy al tanto del tránsito de turismos y de que no se retiraran las señales de obra antes de que la vuelta a la normalidad recibiera el definitivo visto bueno por parte de la empresa encargada de las mismas, Lozoya.
Sobre este punto, los operarios de la citada compañía estuvieron abujardado la zona de plaza del Reloj hasta que la falta de luz natural les hizo imposible seguir con su labor. En esta misma explanada instalaron ya varios bancos y colocaron algunos maceteros en las proximidades del edificio de Correos.
También quedaron instaladas ayer nuevas señales de tráfico que advierten a los conductores que están entrando en una zona con paso de peatones, así como las paradas de los autobuses urbanos y los parquímetros de la Zona Azul. Al respecto, en el nuevo suelo instalado para cambiar la imagen del entorno se pueden ver ya los estacionamientos reservados para la ORA.
El doble de lo previsto. La reforma de la Corredera y de la plaza del Reloj dio comienzo a finales del mes de septiembre, al mismo tiempo que la remodelación de la calle Calera en el enlace con el barrio de Patrocinio. La realización del primero proyecto contemplaba una inversión superior a los 900.000 euros y se estableció un plazo de ejecución de dos meses, de tal manera que tendría que haber concluido a finales de noviembre o como muy tarde a principio de diciembre.
No obstante, al final el desarrollo de la actuación se ha alargado el doble de lo previsto, primero porque el Ayuntamiento pidió a la empresa encargada de las obras que parara en Navidad para no afectar al desarrollo de la campaña comercial navideña, y luego porque la propia constructora no contaba ni con el material ni con la maquinaria adecuada para acelerar el ritmo de las obras.