La ONCE, asesores del euro

L.G.E.
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La moneda que opera desde Lisboa hasta Helsinki tiene un diseño en el que la ONCE tuvo mucho que ver

Los billetes se diferencian por el tamaño y las monedas también por el canto. - Foto: Luis López Araico

Seguro que si meten la mano en el bolsillo pueden diferenciar una moneda de un euro de una de diez céntimos. Y aunque les costase un poco más, haciendo un esfuerzo y con aprendizaje también se podría detectar al tacto cada uno de los billetes. La moneda que opera desde Lisboa hasta Helsinki tiene un diseño en el que la ONCE tuvo mucho que ver. 

«El diseño de la moneda física del euro es fruto y aportación que hicieron en su momento los ciegos de este país, la ONCE», cuenta el delegado territorial de esta organización en Castilla-La Mancha, Carlos Javier Hernández. Señala que se corría el riesgo de «que saliera como en Estados Unidos, donde los dólares son todos del mismo tamaño». 

No fue así y por eso, oyendo las recomendaciones de la ONCE, cada billete es más pequeño al siguiente en valor. También hay diferencias notables entre las monedas, donde se juega no solo con los tamaños, sino con los cantos. El de un euro es completamente liso, mientras que el de dos tiene estrellitas en relieve. La de diez y cincuenta céntimos tienen el canto estriado y la de veinte unas pequeñas hendiduras. Quizá estas diferencias entre unas y otras no chocaron a los españoles cuando se cambió de moneda, porque ya estaban acostumbrados a que se parecieran poco la de 500 pesetas o la de 25, que tenía hasta un agujero dentro. Algo tendría que ver que el peso de la ONCEen este país desde 1938.

Hernández explica que ahora muchos cambios normativos vienen dictados desde la Unión Europea y que hay que moverse. «La ONCE también está allí asesorando en Bruselas», comenta. El diseño de la moneda física es un ejemplo, pero cuenta que también salió de ellos la directriz para que los medicamentos vayan etiquetados todos en el sistema braille. «Son todo aportaciones que pueden parecer pequeñas, pero nos benefician a los ciegos franceses, a los italianos y a los españoles», apostilla.