Décima corrida de éxitos

Dominguín
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Los toreros que participaron en la corrida benéfica en favor de Aspaym abandonaron en volandas el ruedo de Illescas cortando siete orejas

Décima corrida de éxitos - Foto: C. Erustes

Son diez las ediciones de la corrida benéfica en favor de Aspaym y diez los años en los que el éxito estaba asegurado. En esta ocasión, se volvió a elegir el coso cubierto de Illescas, donde se corrió un encierro de la ganadería toledana de ‘El Ventorrillo’, que facilitó el éxito del festejo por la buena condición, en general, de los astados. Y como no, el público acogió de nuevo esta edición con generosidad, que es de lo que se trata, y el fin altruista que se consigue cubriendo dos terceras partes del aforo.

Para la ocasión se había preparado un cartel muy atractivo con la obligada y fija presencia de su organizador, Eugenio de Mora, que venía de cosechar un importante triunfo en la plaza de toros de Las Ventas hace menos de un mes, y le acompañaban dos de los toreros revelación y con condiciones de la presente temporada, Iván Fandiño y Daniel Luque.

Abría plaza el anfitrión del evento y alma mater, quien salió con ganas a recibir al primero de la tarde de forma animosa, un toque humilló mucho desde el principio por el pitón derecho. Cuando el moracho cogía la pañosa destapaba el tarro de las esencias y demostraba cómo se lleva a un toro cosido a la muleta con temple y calidad en sus trazos. Destacaron los pases de pecho, largos y profundos tras cada tanda. Mató al toro de una estocada hasta la bola, atracándose y cayendo el toro a la arena, lo que le valió para conseguir las dos primeras orejas de la tarde, que paseó ante el clamor del público asistente.

- Foto: C. Erustes Fandiño recibió al toro con el capote por tafalleras, chicuelinas y revoleras para ir entonando su labor. Buen comienzo de faena encajado y con gusto ante un toro que embestía con prontitud y largura, galopando. Fue muy importante la distancia que le daba desde el principio para que durase, pues la condición del toro así lo merecía. Entendió de manera extraordinario el torero de Orduña al pupilo de Fidel San Román, finalizando su actuación con benardinas muy ajustadas, que dieron pie a una soberbia estocada que hizo rodar al toro sin puntilla. El público reaccionó como un resorte y se levantó a pedir los trofeos, siéndole concedidas las dos orejas.

Luque sorteaba en tercer lugar a un toro que se agarraba más al piso, aunque su recibo capotero fue maravilloso, con lances cadenciosos meciendo las manos muy bajas, como tiene acostumbrado este matador. En el trasteo fundamental, el toro se quedó más corto y parado, aunque cuando el matador le citaba, se desplazaba de manera clara y larga, siguiendo la muleta. Luque sacó recursos y técnica y consiguió enjaezar una labor que no pudo refrendarse con la espada, lo que solo dejó el premio en una oreja.

En cuarto lugar, De Mora volvió a cortar otra oreja ante un toro al quizás le picó en demasía y al que le pudo pasar de faena. No obstante, sacó la sapiencia, el temple y el extraordinario momento en el que se encuentra para torearle con soltura y conexión. Se puso gazapón para entrar a matar, lo que no fue un impedimento para que Eugenio le recetase una oreja hasta la empuñadura.

Buena condición la del quinto de ‘El Ventorrillo’, que repitió con nobleza y recorrido desde los primeros lances con el capote con los que Fandiño recibió al toro. Tras brindar al público el matadro se colocó en el centro del ruedo y citó a la res que, se fue como un resorte, cambiándole el matador la muleta y así evitar la embestida.  Trasteo de clase y poder, con muletazos largos y tandas rematadas con los de pecho por derecho. Al natural le pudo ligar algunos muletazos limpios y largos a un toro colaborador al que continuó con la derecha para así caldear al público que se encontraba metido en la faena de pleno.

La pena fue el fallo con los aceros, que tras un aviso dejó su actuación en una ovación con el consiguiente cabreo del matador que, se dejó escapar un triunfo importante de no haber marrado con la tizona.

Luque necesitaba tocar pelo en sexto lugar y con esas ganas salió. Recibiendo al toro de manera garbosa, le realizó un quite entre chicuelinas, medias y una revolera para finalizar. Toreó al inicio encajado y con gusto para sacarse al toro a los medios. Una vez allí comenzó el recital con la diestra del torero de Gerena, que supo recoger en la muleta las nobles embestidas del sexto de la tarde. No llegó a acoplarse por naturales, donde el toro le tocaba los engaños; pese a ello sacó de poder y le pudo alargar los muletazos un trazo más para dar más vistosidad a la labor. Volvió con la muleta en la diestra para subir la temperatura del final del trasteo. La pena, de nuevo fue la labor con la espada, pues sólo le valió para cortar un apéndice y conseguir abandonar en volandas el ruedo de Illescas.

Al final, los tres toreros a hombros en un espectáculo que colmó todas las expectativas y donde se pudieron ver buenos momentos de los matadores, toros colaboradores, principalmente los tres primeros, y un público complaciente con ganas de divertirse y que de ello dieron cuenta por el fin solidario que perseguía esta corrida por décimo año consecutivo.