Reto para la próxima legislatura: nueva ley de accesibilidad

S.L.H.
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La normativa vigente es de 1994, por lo que las personas con discapacidad demandan una más actual. «Probablemente será uno de los retos de la legislatura que viene»

La ley regional de Accesibilidad data de 1994. - Foto: Víctor Ballesteros

Hoy las personas con discapacidad viven mejor que hace 40 años. No es un número escogido al azar. Son los años que este país ha disfrutado de democracia y, con ello, de mejoras en todos los ámbitos de la vida, también en la accesibilidad. Así lo reconoce Alejandro Lara, ciego desde los 14 años. Vive en el barrio del polígono, donde disfruta de aceras anchas y ninguna cuesta, algo propio del casco toledano. «En general me gusta mucho vivir en el polígono, porque el casco tiene sus inconvenientes, aunque también su parte positiva». 

Pero en general, añade, las ciudades han mejorado mucho su accesibilidad en los últimos años y las personas están mucho más concienciadas. «Estamos evolucionando en lo que es la accesibilidad del entorno de las ciudades, pero también en el acceso a las nuevas tecnologías». 

Sin embargo, Alejandro echa en falta una actualización de la Ley regional de Accesibilidad, que data de 1994. «Se demanda ya una nueva ley de accesibilidad que, probablemente, será uno de los retos de la legislatura que viene». 

«hemos dejado de ser solo telefonistas». Alejandro trabaja en la Consejería de Bienestar Social. Es abogado. Su despacho dispone de todo lo necesario para su trabajo, en particular un ordenador adaptado a sus necesidades. Esta tecnología era impensable hace décadas, recuerda, y añade que «en los años 80 como mucho acababas trabajando como telefonista de la Administración porque no podías acceder al papel». Ahora, el papel está siendo sustituido por medios tecnológicos, celebra. 

También su teléfono móvil está adaptado a su discapacidad visual. Lleva un Apple, pero «no porque los ciegos seamos unos frikis», dice, sino porque esta marca de telefonía ha hecho un enorme esfuerzo en accesibilidad. «A la mayoría de ciegos nos verán con un Apple, porque es la única marca que se ha tomado en serio la accesibilidad», insiste. 

No ocurre lo mismo con otros aparatos necesarios para el día a día como puede ser, por ejemplo, una lavadora. «No podemos comprar las más avanzadas porque no son accesibles, aunque quisiéramos», lamenta. 

No obstante, reconoce que las empresas, en general, están haciendo grandes esfuerzos para hacer accesibles sus servicios y productos, aunque «nunca será suficiente. Siempre habrá cosas que hacer».