Con la ley de perros de asistencia se hará «justicia social»

S.L:H
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Alejandro Lara, asesor de la ley que será debatida este jueves por las Cortes, reconoce que el impacto de la misma es «muy reducido» pero se trata de garantizar la igualdad

Alejandro Lara. - Foto: Yolanda Lancha

 

El pleno de las Cortes de Castilla-La Mancha debatirá este próximo jueves, 20 de diciembre, según avanzó el presidente del parlamento autonómico, Jesús Fernández Vaquero, la Ley de acceso al entorno de personas con discapacidad acompañadas de perro de asistencia. Una normativa que traerá «igualdad» y «justicia social» a las personas con discapacidad de la región que viven acompañadas de perros-guía o de asistencia. Estos últimos son aquellos que cuidan de enfermos de diabetes o epilepsia o de personas con trastorno del espectro autista, por ejemplo.

Alejandro Lara es abogado y vive con Job desde marzo de este año, un perro labrador de dos años. Trabaja en la Consejería de Bienestar Social y ha sido el principal asesor de la citada ley. Como explica, ser ciego, abogado y trabajar en la Consejería le concedía todas las papeletas para ser el responsable de elaborar el texto que pasaría, primero por el Consejo de Gobierno y el Consejo Consultivo y, posteriormente, por las Cortes regionales para su debate y votación por parte de los tres grupos parlamentarios. 

Alejandro ha trabajado duro en su elaboración y asegura que, dada la alta participación de numerosos colectivos que pueden verse afectados por su aplicación, confía en que sea aprobada por unanimidad.

La futura ley regional ha incorporado artículos de otras normas autonómicas y garantiza, por ejemplo, el acceso con perros de asistencia al mundo laboral «que en otras comunidades autónomas hubo conflictos con ello», y evita que se produzcan problemas en los entornos colectivos, es decir, en urbanizaciones o comunidades de vecinos. 

«Hemos incorporado estos aspectos y los hemos completado», explica Lara, aunque defiende que la futura ley castellano-manchega será de las más completas que haya en el panorama nacional. Es lo que tiene llegar algo más tarde que otras regiones, añade.

nueve perros por autobús. Otros de los problemas o inconvenientes que sufren las personas con discapacidad que emplean perros guía o de asistencia es a la hora de utilizar el transporte público. Por ello, «hemos establecido ratios en cuanto al transporte que otras comunidades autónomas no hicieron. Como mucho podrán ir nueve perros en un mismo autobús. Pensamos que este número es razonable», dado que en España hay unas 1.050 personas que disponen de un perro de estas características; y en Castilla-La Mancha tan solo 22. Las personas que accedan a un autobús con perro-guía o de asistencia podrán ir sentadas o ubicadas en cualquier parte del vehículo. 

Otra de las novedades es el apoyo económico que tendrán por parte de la administración pública. Este aspecto, no obstante, se ha dejado «muy abierto» y dependerá de la disponibilidad presupuestaria de la Junta. Sin embargo, irá circunscrito básicamente al cuidado veterinario del animal. 

Aún no se ha fijado cómo se abonarán las cuantías del veterinario a las personas con discapacidad, pero Lara explica que, con toda seguridad, se llevará a cabo mediante convenios con los colegios veterinarios.

Un aspecto que le causaba especial preocupación a Lara era el tema relacionado con los perros de asistencia. «Podemos encontrar problemas con los perros de asistencia, es decir, que a una persona le choque que otra que, aparentemente, no padece una discapacidad, lleve un perro de asistencia y quiere entrar, por ejemplo, a un restaurante». La ley establece con firmeza que los perros de asistencia tendrán los mismos derechos que los perros-guía, si bien, «será ya más una labor pedagógica que otra cosa». 

La norma regional también establece las diferencias entre perros guía o de asistencia y perros de terapia. El perro de terapia, explica Lara, «va vinculado al profesional, no a la persona», por lo que sus derechos difieren un poco. «En otras comunidades autónomas esto generó mucho debate y polémica y había que resolverlo bien». 

Tras casi dos años de trabajo, Lara se siente «muy orgulloso» de la ley, aunque no esconde que le preocupaba tener problemas en la tramitación parlamentaria. Sin embargo, añade, los tres grupos políticos están bastante concienciados y, previsiblemente, será aprobada por unanimidad. En conjunto, es para estar satisfecho», concluye.