La Defensa del viudo sostiene que no hay «pruebas vinculantes» de que asesinara a su esposa

J.A.J./Toledo
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Afirman que la acusación se basa en contradicciones en el primer testimonio de F.J.C.C., que achacan a su conmoción tras hallar el cadáver de su esposa, que luego ha aclarado. Añaden que la autopsia no es determinante sobre la hora de la muerte

La Defensa de F.J.C.C., viudo de la mujer asesinada a puñaladas en su casa de Quintanar de la Orden  el pasado 11 de enero y único investigado a raíz del crimen, sostiene que «no  aparece ninguna prueba vinculante» sobre su culpabilidad en la autopsia u otras pesquisas. Así se ha pronunciado  tras levantar la titular del Juzgado de Instrucción Número 1 de Quintanar el secreto del sumario. La Defensa remitirá un nuevo escrito a la Audiencia Provincial para pedir su  puesta en libertad.

El portavoz de las familias del viudo y su difunta esposa, José Bernardino Tello, señala que los abogados de C.C. han detectado que la acusación se fundamenta sobre todo en contradicciones en el primer testimonio que F.J.C.C.  prestó a los agentes de la Guardia Civil después de que hallara el cadáver de Isabel Laureana Cebrián en su casa. Unas contradicciones que justifican en el estado de shock en que se encontraba tras ver el cuerpo sin vida de su esposa.  Tello precisa que el viudo ha ido aclarando estas incongruencias en interrogatorios posteriores, como su declaración ante la jueza días después del crimen.  «Con el paso de los días, si se fue acordando de todo», señala .

Tello señala que los abogados  de la Defensa, tras acceder al sumario, están «cada vez más convencidos de su inocencia ante la flaqueza de los indicios acusatorios. «En pruebas de autopsia y otro tipo de pruebas no aparece nada que refleje la implicación de F.J.C.C», subraya.

En el caso concreto de la autopsia al cadáver de Isabel Ana, como la conocían sus amistados, Tello señala que ésta no es concluyente sobre la hora exacta de su muerte. Por ello, se han pedido a los forenses que efectúen pruebas complementarias, al no ver confirmada la teoría de los investigadores de que la muerte se produjo a primera hora de la tarde.

La Defensa, en base al testimonio del viudo, sostiene que ésta se produjo posteriormente. Así, este señala que en el día de los hechos, tras estar con su esposa a la hora de comer, salió de su casa hacia la oficina, situada cerca del domicilio conyugal de la calle  Moral, a donde llegó sobre las cuatro y media de la tarde. Allí estuvo hasta aproximadamente las seis y media de la tarde, realizando después varias gestiones, de las que hay testigos, para llegar a su vivienda y encontrar el cadáver de su esposa cerca de una hora después.

 

Mensajes del móvil de la víctima pasadas las seis de la tarde.

La Defensa sospecha que el asesinato se cometió pasadas las seis de la tarde, y para ello se basan en un detalle acreditado en la investigación. «Estamos convencidos de que el crimen tuvo que ser después de las seis y diez por los ‘whatsapp’ con los que Isabel  Ana se comunicó con dos amigas», afirma Tello destacando estos mensajes escritos salidos del móvil de la víctima como prueba exculpatoria.

Tras conseguir el acceso al sumario del crimen, Tello destaca que «las familias -del viudo y de la víctima- seguimos en la misma postura: convencimiento total de su inocencia». Se remiten al primer comunicado conjunto de los allegados del matrimonio, en el que señalaban su incredulidad de que F.J.C.C. fuera el autor del asesinato. Además, la hermana de la víctima y el hijo del matrimonio han visitado a C.C. en la cárcel de Ocaña recientemente para renovarle su apoyo.