Palestina prepara su futuro

Agencias
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Aprovechando la tregua firmada con Israel, Abu Mazen plantea la creación unilateral de un Estado árabe con capital en Jerusalén Este que se alzaría sobre las fronteras previas a 1967

Palestina prepara su futuro - Foto: SUHAIB SALEM

 
 
La ya conocida como guerra de los 50 días llegó el pasado martes a su fin con la declaración de un alto el fuego permanente entre Israel y Hamas. Y, con este paso, Gaza inicia una nueva andadura en la que, principalmente, deberá reconstruirse, tanto física como emocionalmente, con la reedificación de sus edificios y sus calles y con la necesidad de sus habitantes de emprender una nueva vida en la que muchos han perdido sus hogares y familiares.
Pero no solo la franja prepara su nuevo camino. Toda Palestina lo hace también, reforzada tras haber vivido casi al límite. Y, aprovechando el cese de las hostilidades de Israel y el acuerdo firmado en el que, entre otros puntos, se levantará el histórico bloqueo al enclave costero, el Gobierno de Abu Mazen se encuentra ya inmerso en una nueva hoja de ruta.
Si el movimiento islamista Hamas se considera el vencedor de la contienda que, desde el pasado 8 de julio, se vivió en Gaza, con bombardeos diarios que se saldaron con más de 2.100 muertos en el bando árabe, la Autoridad Nacional Palestina que dirige Mazen se ha erigido como la causante de dicho triunfo. Y, por ello, pretende hacer buena la labor emprendida y continuar con una senda que varíe la situación actual del territorio musulmán.
Así, el presidente tiene en mente un plan que contempla la creación de un Estado de pleno derecho con auda de la comunidad internacional, con el fin de «poner fecha al fin de la ocupación» hebrea, lo que conllevaría crear una nueva nación basada en las fronteras previas a 1967, es decir, formada por Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este como capital y en la que se expulsaría a los 60.000 colonos judíos que residen en suelo árabe.
Este proyecto, que ya fue presentado en Naciones Unidas hace unos años y que ha sido aceptado por buena parte de la comunidad internacional, sigue contando con el veto de Israel y, por consiguiente, de sus aliados, es decir, todos aquellos que se sienten presionados por la influencia de Tel Aviv. 
Pero la dramática situación vivida durante la operación Margen Protector podría servir para cambiar las tornas y haber facilitado un apoyo más intenso de Occidente a Palestina, una circunstancia de la que Abu Mazen pretende aprovecharse en los próximos meses para poder llevar su planteamiento hasta la sede de la ONU y convertirse en un país de verdad.